Miguel Peirano, el nuevo ministro de economía, un industrialista que deberá lidiar con la inflación y la crisis de energía


Miguel Peirano, el nuevo ministro de economía, un industrialista que deberá lidiar con la inflación y la crisis de energíaEl nuevo ministro de Economía argentino, Miguel Peirano, es un técnico de corte "industrialista" que deberá enfrentar el dilema de cómo hacer frente a la inflación y a la crisis energética sin que las medidas corten la racha de expansión.


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17/07/2007 - Buenos Aires - El designado ministro, que jurará en el cargo este martes, es ya un miembro importante del gobierno de Néstor Kirchner desde que en febrero de 2005 fuera designado como titular de la Secretaría de Industria, un puesto clave para un modelo económico que tiene a la actividad manufacturera como uno de sus pilares.

"Es un hombre que hace mucho tiempo que está trabajando con nosotros. Es un hombre joven, de 40 años, que tiene una importante trayectoria", dijo del flamante funcionario el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al confirmar en rueda de prensa la designación.

Peirano "es uno de esos economistas productivistas, industrialistas, que definitivamente va a llevar adelante la economía con las mismas reglas y la misma lógica de generar y garantizar una economía en desarrollo que ha existido hasta hoy", sostuvo Fernández.

El sucesor de Felisa Miceli, quien dimitió hoy en medio de un escándalo judicial, se licenció "con honores" como economista en la Universidad de Buenos Aires.

En el sector público se desempeñó como vicepresidente primero del Banco de Inversión y Comercio Exterior (2004-2005) y como asesor de la subsecretaría de Pequeña y Mediana Empresa y de Desarrollo Regional de Argentina (2003-2004).

Pero su currículo profesional comenzó a escribirse a finales de los años 80, cuando trabajó como analista de riesgo crediticio del Banco Sudameris.

De ese puesto salió en 1990 para ingresar a la multinacional ítalo-argentina Techint, donde trabajó como asesor financiero de la presidencia del grupo y como analista de proyectos de inversión en el exterior.

Pocos años después ingresó a la Unión Industrial Argentina, la mayor patronal del país, donde se desempeñó hasta 2004 como jefe del Departamento de Economía.

Peirano fue también economista de la Cámara de la Industria del Calzado (1996-1999), asesor de la Dirección General de Industria del gobierno de la ciudad de Buenos Aires (1997-1998), presidente del Departamento de Economía de la Unión Industrial de la Ciudad de Buenos Aires (1998-2000).

Entre 1999-2001 se desempeñó economista de la Federación Argentina de la Industria de la Madera y asesor del directorio del estatal Banco de la Provincia de Buenos Aires.

Como secretario de Industria, Peirano puso el acento en el papel de la recuperación de la industria como uno de los motores del crecimiento del Producto Interior Bruto, que acumula cuatro años con tasas de expansión cercanas al 9 por ciento anual tras la demoledora crisis de 2001-2002.

El sector manufacturero -con ramas de desempeño sorprendente como la fabricación de automóviles- ha sido, además, un intensivo creador de puestos de trabajo, un dato no menor para un país que pasó de una tasa de desempleo del 24,1 por ciento en 2002 a una del 9,8 por ciento en primer trimestre de 2007.

Uno de los secretos de la recuperación industrial fue el de dotar nuevamente al sector de un perfil exportador que había abandonado en la década de los 90 durante la paridad "uno a uno" entre el peso y el dólar estadounidense.

Mediante el sostenimiento de tipo de cambio alto, en torno a los 3 pesos por dólar, el gobierno de Kirchner logró darle cierta competitividad a la producción argentina y cerró 2006 con un récord histórico de exportaciones por 46.569 millones de dólares.

Pero para sostener el dólar en esos niveles, el Banco Central argentino se ha visto obligado a realizar intensivas compras de la divisa estadounidense en el mercado cambiario, lo que es visto como un factor inflacionario.

Los precios al consumidor también han crecido por la presión de una creciente demanda externa sobre los productos argentinos, principalmente los alimentos.

Preocupado por el recalentamiento de los precios, el gobierno intervino el instituto oficial de estadística, cuyos informes pierden credibilidad día a día, una "herencia" que deberá atender Peirano.

El nuevo ministro también tendrá que lidiar con los recurrentes problemas por la escasez de gas natural y electricidad, una situación que se explica por la creciente demanda de las industrias y del sector residencial y una notable falta de inversión en el sector.

Las empresas petroleras y de servicios relacionadas con la energía alegan que esta falta de inversiones se debe a que las tarifas de los combustibles están prácticamente congeladas desde la crisis de finales de 2001, pero aumentar los precios es un serio dilema para el gobierno en momentos en que la inflación está en la "agenda pública".

Por lo demás, subir los precios podría constituir una medida "impopular" cuando faltan sólo tres meses y medio para unos comicios en los que el oficialismo pretende llevar a la presidencia a la primera dama, la senadora Cristina Fernández. EFE

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