23/07/2007 - Buenos Aires - "Nos reuniremos este mediodía con representantes de las pesqueras radicadas en Puerto Deseado y esperamos acercar a las partes", dijo a medios locales Arturo Rodríguez, alcalde de la ciudad en la que se produjeron los desmanes.
El jefe comunal dijo que asistirá al encuentro con empresarios junto con el ministro de Gobierno de Santa Cruz, Pablo González, quien ha sido designado por el gobernador provincial, Daniel Peralta, para oficiar de interlocutor entre las partes.
"El sector de los trabajadores ha garantizado una espera hasta el miércoles" próximo, manifestó Rodríguez sobre los pesqueros que están en huelga desde hace dos semanas en demanda de un aumento salarial.
El viernes los manifestantes ocuparon durante algunas horas la sede municipal y atacaron instalaciones de nueve firmas pesqueras en Puerto Deseado tras ser informados de que el alcalde no les podía recibir por estar en un acto político del presidente argentino, Néstor Kirchner, en la cercana localidad de Puerto Santa Cruz.
Los trabajadores provocaron incendios y destrozos en plantas y vehículos de las empresas y la calma retornó recién el sábado a la ciudad, situada unos 2.900 kilómetros al sur de Buenos Aires y donde funciona uno de los principales puertos pesqueros del país.
Rodríguez señaló que la "economía de Puerto Deseado está paralizada" y dijo que tanto el gobierno de Santa Cruz como el municipio buscan "solucionar lo antes posible el conflicto" para que la ciudad "recupere la paz social y la normalidad".
"No se trata únicamente del paro de los marineros, porque al paralizar estos la actividad se paraliza en el sector de estibadores, de plantas y transportistas, entre otras actividades conexas como el movimiento comercial", explicó el alcalde.
En cuanto al reclamo de los trabajadores, que además exigen una reducción en el impuesto a las ganancias, Rodríguez sostuvo que "hace cuatro años que ese sector pesca sin un convenio colectivo de trabajo", lo que consideró "una barbaridad".
El ministro argentino del Interior, Aníbal Fernández, usó hoy el mismo calificativo para referirse a los incidentes del último viernes y reclamó a la justicia que identifique a los responsables de los desmanes.
"Es una barbaridad. Supongo que la justicia estará actuando, identificando a los responsables de lo sucedido", declaró a la emisora de Buenos Aires Radio Diez, además de opinar que "nada permite o habilita a que se rompa la fuente de trabajo".
Las pesqueras atacadas son las españolas Arbumasa, Argenova (del grupo Pescanova), Empesur, Pescargen, Santa Cruz y Vieira; las argentinas Santa Elena y CARSA, y Pezpasa, de capital japonés y suizo, cuyos portavoces han dicho que sufrieron pérdidas millonarias a raíz de los destrozos.
La embajada de España en Argentina ha hecho pública una nota de prensa en la que solicitó a las autoridades de la provincia de Santa Cruz y del gobierno argentino que adopten las medidas necesarias para poner fin a la violencia.
Por su parte, el dirigente sindical de los pesqueros Daniel Medina advirtió que los huelguistas "no son partidarios de la violencia" y aseguró que "no hay destrozos millonarios y las líneas de producción están totalmente habilitadas para trabajar".
"Las empresas españolas y el Gobierno de España nunca pensaron en la gente que explotan y los abusos que cometen. Desde el 2003 que no tenemos un convenio colectivo de trabajo digno", señaló Medina al canal de televisión Todo Noticias. EFE