15/08/2008 - "No vamos a negociar de rodillas, vamos a negociar de pie", apuntó el ministro de Planificación, Julio De Vido, en medio de una polémica con partidos opositores, que proponen la creación de una nueva aerolínea de bandera para que el Estado no deba hacerse cargo de las millonarias deudas que deja la gestión de Marsans.
"Algunos que participaron activamente en la entrega (de Aerolíneas)" en anteriores gobiernos "ahora quieren volver a entregarla pidiendo su quiebra", remarcó a periodistas.
De Vido aludió así a una propuesta de la Unión Cívica Radical (UCR), segunda fuerza parlamentaria del país, y de otros grupos políticos que fueron antiguos aliados del Gobierno de Carlos Menem (1989-1999), que vendió Aerolíneas Argentinas a la española Iberia en 1991.
"En ningún momento planteamos pagar cualquier cosa por Aerolíneas Argentinas, ni escapar de todos los organismos de control, incluido el Parlamento", aseguró De Vido.
El ministro sostuvo que el Ejecutivo de Fernando de la Rúa (1999-2001), líder de la alianza de la UCR con fuerzas de centro izquierda, "vendió Aerolíneas por un dólar al Gobierno español" en octubre de 2001, cuando la estatal Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) traspasó la compañía a Marsans.
Dijo que "hay que leer con todos los sentidos" el proyecto por el que el Gobierno de Cristina Fernández pidió al Parlamento que apruebe el traspaso de la aerolínea de bandera y su subsidiaria de vuelos domésticos Austral al Estado argentino, una vez que se hagan las auditorías para establecer su situación y valor.
La UCR, la Coalición Cívica, la conservadora Propuesta Republicana (PRO) y otras fuerzas opositoras han adelantado que votarán en contra del proyecto oficialista.
La oposición sostiene que el pacto firmado con Marsans el 17 de julio pasado supondrá "para todos los argentinos" hacerse cargo de deudas por 890 millones de dólares acumuladas por Aerolíneas en los últimos años, durante la gestión del grupo español.
En este sentido, propone dejar que Marsans afronte una quiebra de Aerolíneas y la creación de una nueva sociedad estatal, "que parta de cero, sin deudas", y que absorba a los casi 9.000 empleados de la compañía y de su subsidiaria, a quienes les reconocerán derechos adquiridos.
A esta nueva sociedad se le adjudicarían las rutas domésticas que cubren Aerolíneas y Austral, de las cuales el Estado es titular y las entrega en concesión a las aéreas.
Representantes de Marsans subrayaron que no se llevaron "un solo peso" de Aerolíneas, rechazaron denuncias de "vaciamiento" y "fraude", y culparon del fracaso de su gestión al "hostigamiento" de los sindicatos y la política aeronáutica oficial.
Así lo manifestaron al comparecer el miércoles ante unos 70 diputados oficialistas y opositores que forman parte de las comisiones de Transportes y Presupuesto.
En general, los legisladores se declararon insatisfechos por las explicaciones de los directivos del grupo español, que tiene dos de los cinco representantes de la "comisión de transición" que gestiona a las aerolíneas hasta que se acuerde el traspaso al Estado.
El Gobierno argentino considera que no debe pagar nada, mientras que Marsans quiere cobrar el precio que se determine en la auditoría y está pactado que, en caso de discrepancias, las partes se someterán al veredicto definitivo de una consultora con experiencia reconocida en fusiones o traspasos de aerolíneas. EFE
El Gobierno argentino rechazó la petición de quiebra de Aerolíneas Argentinas y la creación de una nueva compañía, como propuso la oposición, al subrayar hoy que no aceptará "cualquier cosa" en el traspaso de la empresa de manos del grupo español Marsans. 