El campo retoma protestas en Argentina y advierte sobre posible huelga


Productores rurales de Argentina retomaron hoy las protestas en contra de las políticas oficiales para el sector agropecuario, un mes después de que el Senado anulara un polémico esquema impositivo que enfrentó al Gobierno con el campo durante cuatro meses.


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18/08/2008 - Las manifestaciones que abrieron este nuevo período de protestas fueron organizadas por la Federación Agraria Argentina (FAA), la más combativa de las cuatro principales patronales rurales del país.

Las dos movilizaciones más importantes fueron llevadas a cabo a la vera de carreteras cercanas a las ciudades de Villa Constitución y Gualeguaychú, en las provincias de Santa Fe (centro) y Entre Ríos (noreste), respectivamente.

Al encabezar un "tractorazo" en la primera de ellas, el titular de la FAA, Eduardo Buzzi, sostuvo que estas manifestaciones suponen una "advertencia" antes de una nueva huelga comercial y pidió una rápida solución a la pérdida de rentabilidad del sector.

"Hoy nos movemos de forma tranquila, pero quiero decir que lo que viene después es un estado de conflictividad", destacó Buzzi antes de indicar que "pasa el tiempo y no hay soluciones" en "los renglones de granos, leche y ganadería".

El dirigente negó que vaya a haber cortes de carreteras como los que caracterizaron a las anteriores protestas del campo, pero matizó que los productores están muy enojados ya que "pierden dinero por las políticas internas".

En Gualeguaychú, en tanto, el dirigente Alfredo De Angeli encabezó una asamblea en la que convocó a los pequeños y medianos productores a realizar un encuentro nacional el próximo día 30.

En la asamblea también se decidió pedir a la "mesa de enlace", que reúne a los titulares de las cuatro patronales agropecuarias, que organice una "gran marcha federal" hacia la sede del Parlamento.

De forma simultánea, el sector de las Madres de Plaza de Mayo que lidera Hebe de Bonafini realizó en la capital del país un acto simbólico en "defensa de la democracia".

De Bonafini volvió a acusar de "golpista" al sector agropecuario, antes de que integrantes de la Asociación Madres de Plaza de Mayo anudaran cientos de los pañuelos blancos que las identifican al enrejado que protege a la Casa Rosada, la sede gubernamental.

El Gobierno argentino y el sector agropecuario mantienen un serio conflicto desde marzo pasado, cuando el Ejecutivo subió los impuestos a las exportaciones de granos.

La medida fue rechazada por el campo con cuatro huelgas comerciales y bloqueos de carreteras en todo el país, que derivaron en desabastecimiento de alimentos e insumos para la industria en las principales ciudades de Argentina.

El Senado anuló el controvertido esquema impositivo el 17 de julio pasado, con el voto de desempate del vicepresidente del país, Julio Cobos, un dirigente aliado al peronista Frente para la Victoria de la presidenta Cristina Fernández, lo que supuso un duro golpe para la mandataria.

En estos días, otras asociaciones agropecuarias han realizado asambleas en las zonas productivas más ricas del país, donde se reavivaron las quejas por la falta de diálogo con el Gobierno, que tras el traspiés político designó al experto Carlos Chepi como secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación.

Desde la resolución de la cámara alta, las patronales agropecuarias vienen reclamando que el Gobierno otorgue "poder político" a Chepi para avanzar en las negociaciones.

Argentina es el tercer productor mundial de soja y las protestas de su sector agrario se reanudaron en momentos en que los precios internacionales del grano han bajado un 35 por ciento desde julio.

Además de la presión del Fisco sobre la soja (35 por ciento), las asociaciones agrarias rechazan las restricciones a la exportación de trigo y carne vacuna, dispuestas por las autoridades el año pasado para impedir alzas de precios en el mercado doméstico ante el aumento de la demanda internacional.

Los cultivos de soja han desplazado a la ganadería, que sólo puede exportar 45.000 toneladas mensuales de carne vacuna bajo estricto control, con lo que Argentina ha perdido mercados a manos de Brasil, el mayor productor en ese renglón, y Uruguay. EFE

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