15/08/2009 - La Unión Cívica Radical (UCR) dio por cerrada su participación en las conversaciones al tachar el llamamiento formulado por el Ejecutivo de "maniobra perversa" destinada a "ganar tiempo", dijo hoy a Efe uno de los máximos dirigentes del radicalismo.
Por su parte, el Gobierno se mostró "sorprendido" por el pronunciamiento de la UCR, afirmó que el proceso de diálogo aún está en marcha e invitó a los partidos a "formular propuestas para la etapa que sigue".
La presidenta Cristina Fernández había llamado a "todos los sectores" al diálogo diez días después de los comicios legislativos del 28 de junio, en los que el peronismo gobernante sufrió un revés que le hará perder la mayoría propia en el Parlamento a partir de diciembre, cuando asumirán los nuevos legisladores.
La UCR, que en las últimas elecciones formó parte del Acuerdo Cívico y Social, fue la primera fuerza en responder a la convocatoria del Ejecutivo, mientras que su aliada Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, desistió de acudir a las reuniones, lo que desató un conflicto interno en el frente opositor.
"Ahora todos saben que no era caprichosa ni irracional", aseguró hoy Carrió, quien llamó a otras fuerzas a unirse "para defender a la sociedad de una nueva embestida" del oficialismo.
Por su parte, el presidente de la Convención Nacional de la UCR, Hipólito Solari Yrigoyen, consideró que Carrió, una antigua integrante del radicalismo, "está equivocando la argumentación".
Para el analista Rosendo Fraga, "el diálogo político parece haber fracasado", ya que "el Gobierno no muestra demasiado interés en continuarlo y la oposición no manifiesta estar interesada en reactivarlo".
"Ha pasado un mes desde que concurrimos a hablar con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y no hemos tenido ninguna respuesta, ni siquiera un llamado telefónico", dijo Solari Irigoyen.
El dirigente aclaró que "el radicalismo, en sus 120 años de vida, siempre ha creído que el diálogo es un instrumento fundamental de la democracia" y si bien salió "con escepticismo" de la reunión con el Gobierno, "cumplió con su deber" al asistir.
A su juicio, "en su acción legislativa, el Ejecutivo está ratificando todos los principios que han llevado al país a esta crisis institucional y no quiere tratar temas fundamentales".
El oficialismo, apuntó, "acaba de prorrogar las facultades" que el Parlamento delegó en el Ejecutivo y "deja todo como está" tanto en el cuestionado instituto oficial de estadísticas como en el organismo encargado de designar y remover jueces.
El ministro Randazzo explicó a su vez que "la extensión en el tiempo de la ronda" de diálogo "y la consecuente resolución de los pedidos de la oposición responden a un pedido que ellos mismos hicieron".
En un comunicado, remarcó que "la UCR planteó la necesidad de reducir la cantidad de integrantes por reunión" y el Ejecutivo atendió ese reclamo, lo que obligó a extender los encuentros para dialogar con todos los partidos.
"Mal podríamos dar una respuesta cuando todavía no pasaron todos los partidos por las reuniones programadas y está previsto que a partir de la semana que viene comiencen los trabajos de la comisión técnica" que coordina el diálogo, agregó el ministro.
El izquierdista Proyecto Sur tampoco se sumó a las conversaciones, mientras que la conservadora Propuesta Republicana, que en principio había acudido al llamado del Gobierno, ha criticado la falta de avances.
La mayoría de los gobernadores provinciales se ha sumado al diálogo y este jueves los de Formosa y La Rioja, en el norte del país, se reunieron con la presidenta en Buenos Aires.
Rosendo Fraga señaló a Efe que "la convocatoria al diálogo pareció ya desde sus inicios más un recurso táctico del oficialismo para ganar tiempo y reagrupar fuerzas, mientras la oposición se mostró poco entusiasmada e intentó imponer una agenda propia, aunque sus diferencias internas le impidieron hacerlo con rapidez".
El Ejecutivo convocó a los 50 partidos con representación parlamentaria para poner en marcha una amplia reforma del sistema electoral, pero ante los reclamos de las principales fuerzas de la oposición debió ampliar la agenda a otros temas. EFE