Durante cien años la presencia japonesa estuvo presente en muchos países de América. He ahí que en 1890 un gran grupo se establece en Perú, siendo el primero más grande, después en años sucesivos en Brasil y luego en Chile.La mezcla oriental con la etnia latina provocó también la fusión de muchos nombres y apellidos, de ahí que SARAPURA es uno de los tantos resultantes.