Jorge Luis Borges
Home :: Jorge Luis Borges


MUESTRAN FACETA DISTENDIDA DEL ESCRITOR EN LIBRO DE ANECDOTAS
   Buenos Aires. Una faceta distendida y por momentos deliciosa de Jorge Luis Borges aflora en las entrevistas y anécdotas que integran "Borges, sus días y su tiempo", un libro de reciente aparición en el que la periodista María Esther Vázquez recorre casi treinta años de encuentros con el autor de "Ficciones".
Jorge Luis Borges.-   A punto de cerrarse definitivamente la larga cadena de tributos que en el centenario de su nacimiento prolongaron la memoria del escritor hasta lo inimaginable, las librerías exhiben ahora un nuevo aporte de Vázquez, la misma autora que en 1996 dio a conocer "Borges. Esplendor y Derrota", una de las biografías más exhaustivas de todas las disponibles hasta la fecha.
    Vázquez mantuvo una larga amistad con Borges que se extendió desde 1959 hasta el momento de la muerte del autor, en 1986. Juntos escribieron dos libros, "Introducción a la literatura inglesa" y "Literaturas germánicas medievales", además de trabajar en conjunto para varias colecciones, entre ellas Babel, y de compartir casi treinta años de vivencias.
    Si no fuera por este dato sustancial, que cifra el rumbo de los diálogos y anécdotas que circulan por sus páginas, "Borges, sus días y su tiempo" (Javier Vergara Editor) seguiría la suerte del resto de los volúmenes dedicados a explotar las virtudes -y defectos- del género: una cierta arbitrariedad generada por la dinámica propia del interrogatorio y la exigencia de convertir al entrevistado en un disparador de comentarios elocuentes.
    En este caso, el entendimiento entre Vázquez y Borges opera como un recurso espontáneo que permite dejar de lado los componentes míticos que rodean la figura del autor de "Ficciones" y recuperarlo en una faceta doméstica y reposada, no menos intensa -ni menos certera- que la que irrumpe en la gran cantidad de reportajes concedidos a lo largo de su vida.
    "El reportaje es uno de los géneros más reprochables y populares de que adolecen nuestras letras. Finge ser una conversación, pero se identifica peligrosamente con el interrogatorio fiscal, con el catecismo y con los exámenes de ciertos profesores inhábiles que, en vez de dejar hablar al alumno, lo interrumpen con nimiedades bibliográficas y exigencias de fechas", señala Vázquez en el prólogo del volumen.
   "Muy otra cosa es, lo confiamos, este libro cuya materia es un diálogo cómodo entre dos amigos que, desde una fecha ya algo remota, se conocen y se quieren. Un diálogo, creo, no tiene obligación alguna de ser un modo verbal de la esgrima, juego de asombros de tintas y de vanidades; es la investigación conjunta de un hecho o la recuperación de compartidas memorias y no importa saber si las palabras salen de un rostro o de otro", explica.
    Las conversaciones que integran el libro se iniciaron durante los años 60 en un sótano del Teatro Colón, donde funcionaba por entonces Radio Municipal:
Vázquez proponía los temas, Borges los acataba y a partir de esta mecánica se generaban largos reportajes que salían al aire una vez por mes.
    El libro incluye también un extracto de los diálogos que ambos mantuvieron en la mítica casa del escritor ubicada en la calle Maipú y una serie de encuentros que éste mantuvo con Eduardo Gudiño Kieffer, Francisco Luis Bernárdez, Raimundo Lida y Manuel Mujica Lainez.
    En el tramo final, se agrupan frases y anécdotas breves que corresponden a Borges y sus interlocutores, una cronología y una bibliografía.
    La condición de mosaico temático garantiza por un lado la multiplicidad de abordajes -las opiniones sobre literatura universal y los recuerdos personales se abren paso entre comentarios sobre política, religión y doctrinas varias-, a la vez que permite interesar tanto al lector iniciado como al conocedor avezado de la producción del autor de "El Aleph".
    "Con Borges ha ocurrido un fenómeno extraño: sin proponérselo, sin tener nada de fácil ni su prosa ni su poesía, siendo sus libros comprados por muchos, leídos por pocos y comprendidos por menos, ha logrado, dentro y fuera del país y de su lengua, un éxito tan grande que trasciende los estrictos límites de la literatura para alcanzar al hombre y transformarlo en mito", destaca Vázquez en el capítulo inicial.
   "Su desolada vejez, su ceguera irremediable, su figura enhiesta y rígida, que recordaba la arquetípica y digna posición de un prócer, sus intransigentes opiniones, difundidas una y otra vez en los diarios y revistas -acota-, configuraron una serie de circunstancias que alimentaron ese mito. Pero este hombre de pelo blanco, que a los ochenta y pico reía a carcajadas con alegría, que tenía la vitalidad de un joven, era un ser de carne y hueso".
    En "Borges, sus días y su tiempo", Vázquez concreta su promesa de tomar distancia de la leyenda: ausentes las definiciones grandilocuentes y los juicios críticos, el mito se disuelve entre las sombras de un hombre llamado Jorge Luis Borges, asomado alguna vez al mundo "en busca de un único y, a la vez, infinito poema, que le ha llevado la vida".

Fuente: Telam





® Nro. 1.847.110 Pergaminovirtual.com - © 1998-2007 - Todos los derechos reservados