Esta formada por varias capas. Las más importantes son dos finas capas de material conductor entre las cuales hay una pequeña separación. Cuando cualquier objeto toca la superficie de la capa exterior, las dos capas conductoras entran en contacto en un punto concreto. De esta manera la pantalla actúa de sensor que permite calcular la posición exacta del punto en el que se ha tocado la pantalla midiendo la resistencia.
Las pantallas táctiles resistivas tienen una pérdida de aproximadamente el 25% del brillo debido a las múltiples capas utilizadas. Pueden ser dañadas por objetos afilados, pero por el contrario no se ven afectadas por elementos externos como polvo o agua, razón por la cual son las más utilizadas en la actualidad.
Otra de las ventajas es que la pantalla puede ser tocada por cualquier objeto para su funcionamiento, pero siempre ejerciendo cierta presión.