La tecnología permite hoy novedades que antes eran recibidas como extravagancias y que con el tiempo se convirtieron en necesidades, como los “rings” celulares o los “emoticones” para mails. Desde esa perspectiva, un auto podría recorrer próximamente las calles pregonando el estado de ánimo de su conductor, y considerarse una cosa normal.
La patente fue sacada en junio de 2004 por cuatro ingenieros de Toyota y la idea es un auto que pueda expresar enojo, alegría y tristeza entre toda una gama de estados de ánimo humanos. En la planilla de solicitud de la patente se dice que el auto puede bajar o subir su chasis, agitar su antena (como la cola de un perro contento) y tener diferentes diseños lumínicos y color de luces en el capó para que éste se vea con ojos, cejas y hasta lágrimas.
Según la idea, casi sin duda extraída de un cuento de ciencia-ficción de los años ‘50, el auto procurará se aproximaría a los sentimientos de su conductor extrayendo datos de una computadora instalada en su interior. Hace mucho tiempo que la gente viene tratando de expresarse a través de su automóvil.
Lo hicieron los adolescentes cuando pintaban llamas en la carrocería de su primer auto y lo siguen haciendo tantas otras personas cuando pegan calcomanías o pintan leyendas en el vidrio trasero para "decir" algo al que se ponga detrás. Los ingenieros de Toyota interpretaron ese deseo y piensan potenciarlo con la aplicación de tecnología.
|