05/09/2006 - Buenos Aires - "Este es un fallo ejemplar contra la piratería de música, ya que prueba que la venta ilegal de discos está dirigida por bandas y organizaciones de delincuentes", aseguró hoy Javier Delupí, director de la Asociación para la Protección de los Derechos de Propiedad Intelectual, entidad que radicó la denuncia inicial de la causa.
Según Delupí, la piratería de música mueve casi 125 millones de pesos (unos 402 millones de dólares) anuales en el país y "perjudica tanto a artistas intérpretes, autores y productores como al Estado, que deja de percibir ingresos en concepto de impuestos".
El paraguayo Ramón Cáceres, alias "Randy", y el argentino Marcelo Altamiranda, "Bolita", tenían montado un circuito de reproducción y distribución de copias piratas en la localidad de La Matanza, en las afueras de Buenos Aires.
"Del mismo formaban parte un laboratorio, una imprenta, encargada de producir las carátulas y dos depósitos donde los discos eran almacenados para su posterior distribución a los puntos de venta", señaló hoy en un comunicado la Cámara Argentina de Productores e Industriales de Fonogramas (Capif).
Según consta en la causa, esta organización abastecía varios puestos de una feria popular a las afueras de la capital argentina, que también fueron allanados.
Durante las operaciones se decomisaron once copiadoras de discos compactos, más de 10.000 discos piratas, 60.000 carátulas y una pistola calibre 14.
Aunque el fallo recién se conoció hoy, un tribunal encontró a finales de julio pasado a Cáceres y Altamiranda responsables del delito de reproducir fonogramas sin autorización de los titulares de derecho, previsto en la Ley de Propiedad Intelectual. EFE