Sociedad | Universidad de Nebraska-Lincoln
Alerta: Calentamiento de comida para bebés en microondas libera peligrosos micro y nanoplásticos
Un estudio de la Universidad de Nebraska-Lincoln revela que calentar alimentos en microondas en envases de plástico para bebés y bolsas reutilizables libera micro y nanoplásticos, aumentando la exposición de los niños a estas partÃculas contaminantes.
10-08-2023
Un reciente estudio liderado por investigadores de la Universidad de Nebraska-Lincoln en Estados Unidos ha generado una alarma ambiental significativa al descubrir que el acto cotidiano de calentar alimentos en microondas utilizando envases de plástico para bebés y bolsas reutilizables está liberando millones de partículas de micro y nanoplásticos. Este método comúnmente empleado para calentar comida, según los expertos, se ha convertido en una fuente inadvertida de exposición a estas perjudiciales partículas contaminantes, especialmente para los niños.
Los científicos llevaron a cabo experimentos utilizando diferentes tipos de envases de plástico, incluyendo contenedores de polipropileno y bolsas reutilizables de polietileno, comprados en una cadena de tiendas estadounidense popular. Estos envases se sometieron a tres situaciones distintas: refrigeración, almacenamiento a temperatura ambiente y calentamiento en microondas. Los resultados, publicados en Environmental Science and Technology, revelaron que el proceso de calentamiento en el microondas a máxima potencia durante tres minutos liberó la mayor cantidad de micro y nanoplásticos en comparación con las otras condiciones.
Los investigadores encontraron que un solo contenedor expulsó una asombrosa cantidad de partículas contaminantes: hasta 4,22 millones de microplásticos y más de 1.000 millones de nanoplásticos por cada centímetro cuadrado de la superficie del recipiente. Una conclusión preocupante fue que la liberación de nanoplásticos excedía en general tres veces la cantidad de microplásticos, lo que resalta la peligrosidad de estas partículas de menor tamaño.
De acuerdo con el modelo de exposición desarrollado, se estimó que la ingesta diaria más alta de estas partículas fue de 20,3 nanogramos por kilogramo por día para los bebés que consumían agua calentada en el microondas y de 22,1 nanogramos por kilogramo por día para los niños que consumían productos lácteos calentados en envases de polipropileno.
Este descubrimiento pone en evidencia la necesidad de reevaluar nuestras prácticas cotidianas y su impacto en el medio ambiente y la salud humana. El uso generalizado de plásticos y la exposición involuntaria a micro y nanoplásticos a través de procesos aparentemente inofensivos, como calentar la comida en el microondas, exige una mayor conciencia pública y medidas concretas para reducir la presencia de estos contaminantes en nuestra vida diaria.