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Arsénico en el agua: Alerta en la provincia de Buenos Aires por niveles peligrosos para la salud
El Consejo Profesional de QuÃmica declaró un estado de alerta ante la exposición de millones de argentinos a agua con arsénico por encima de los lÃmites recomendados. Un nuevo mapa del ITBA revela zonas con niveles crÃticos, aunque algunas mediciones, como las de Pergamino, corresponden a muestras históricas y no a una situación actual.
Hace 6 horas.
Una crisis silenciosa afecta a más de 17 millones de argentinos que consumen agua con niveles de arsénico superiores a los límites seguros establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El reciente mapa del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) actualizó el diagnóstico y mostró focos de preocupación en distintas zonas bonaerenses, incluyendo La Plata y alrededores.
Sin embargo, es fundamental analizar los datos con cautela: el mapa muestra a Pergamino en color rojo, lo que indica niveles de arsénico superiores a 50 ppb, situación que implica no consumir el agua para ingesta directa ni para cocinar, recomendando buscar fuentes alternativas seguras. No obstante, estas muestras datan de octubre de 2012 y mayo de 2014, por lo que no reflejan una alerta actual sino una situación histórica que demanda monitoreo constante y nuevos estudios para confirmar su evolución.
En La Plata, el mapa muestra puntos con niveles de arsénico que generan una alerta amarilla de precaución, con valores entre 10 y 50 partes por billón (ppb). Estos incluyen zonas como City Bell y Gonnet, donde se detectaron hasta 26 ppb, niveles que podrían aumentar el riesgo de padecer enfermedades asociadas, como el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE).
El Consejo Profesional de Química provincial declaró el estado de alerta por la crisis en el acceso a agua potable segura y denunció la negligencia con la que se trata esta problemática. Su presidente, Carlos Colángelo, remarcó que es inadmisible la falta de análisis y tratamientos adecuados para reducir la presencia de arsénico, y reclamó mayor transparencia y acciones urgentes de las empresas y autoridades sanitarias.
El arsénico, metaloide tóxico, puede ingresar al agua por procesos naturales, como la erosión de rocas, o por actividades humanas como la minería y la agricultura. La exposición prolongada tiene efectos severos en la salud, incluyendo daños cutáneos, cardiovasculares, reproductivos y un reconocido potencial cancerígeno.
En paralelo, la empresa Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) fue obligada por la Justicia a garantizar que sus aguas tengan niveles de arsénico inferiores al límite seguro, tras un fallo confirmado por la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires.
El proyecto invita a la ciudadanía a colaborar aportando muestras de agua para su análisis en el laboratorio LIQMA, a través de un formulario online disponible en https://forms.gle/udKUGiJbQJv5ScYU6.