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De Tafà al corazón de Caballito: El triple imposible que cambió la historia
Emiliano Lezcano, nacido en Tucumán, anotó un triple sobre la chicharra y desató la locura en Ferro. Su historia es la de tantos que se animan a soñar lejos de casa? y no dejan de intentarlo.
Hace 22 horas.
Hay momentos que lo cambian todo. Y hay jugadores que viven esperando ese instante. El miércoles por la noche, Emiliano Lezcano —24 años, tucumano, base de Ferro— encontró el suyo. Faltaban segundos. El partido frente a Boca estaba igualado. Y desde más allá de la línea de tres, con el reloj en cero, soltó la pelota. Entró limpia. Y la historia se escribió en verde.
Ferro 76 – Boca 73. Más que un resultado, una señal: el esfuerzo vale.
Lezcano no nació estrella. Se formó en Talleres de Tafí Viejo, y dejó su ciudad natal a los 15 para buscar futuro en Córdoba, en Ameghino de Villa María. Vivió lejos de casa, compitió con los mejores, cayó, se levantó y jamás dejó de intentarlo. Su crecimiento lo llevó a Ferro, donde esta temporada explotó: fue figura ante Comodoro en Reclasificación y se transformó en pieza clave para alcanzar los cuartos de final.
Sus números ante Boca lo dicen todo: 23 puntos, 6 rebotes, 2 asistencias y 33 de valoración. Pero su impacto no se mide solo en estadísticas. También está en la actitud: en el coraje de pedir la pelota en los momentos calientes. En la convicción de que podía ser él quien decida el partido.
“Es crack”, lo definió alguna vez su exentrenador Hugo Angelicola, y no exageraba. Esta temporada, Emiliano fue candidato al premio Jugador de Mayor Progreso, y aunque no lo ganó, ganó algo mucho más valioso: el respeto y el reconocimiento de todo el básquet argentino.
Con apenas 24 años, este chico que alguna vez soñó con jugar en la Liga hoy se mete en las portadas, se viraliza en redes y demuestra que el éxito no es magia: es constancia, sacrificio y pasión.
Porque si hay algo que enseña la historia de Lezcano es esto: nunca sabés cuál jugada va a cambiar tu vida… pero sí sabés que hay que estar ahí para jugarla.
Foto: Perfil