Ciencia y Tecnología | Campo Experimental Rufino Mir
Drones en el agro: Tecnología que despega en los campos argentinos
En una jornada de demostración en el Campo Experimental Rufino Mir, productores, contratistas y estudiantes exploraron el potencial de los drones para la aplicación de fitosanitarios y siembra de precisión, marcando el rumbo hacia una agricultura más eficiente, sustentable e innovadora.
Hace 2 días.
La revolución tecnológica sobrevuela el campo argentino. Y esta vez, lo hace literalmente. En una jornada que combinó aprendizaje, intercambio y demostración práctica, el Campo Experimental Rufino Mir —referente en generación de conocimiento adaptado a las necesidades locales— fue escenario de una capacitación clave: el uso de drones en la producción agropecuaria.
Organizado por las Agencias de Extensión Rural de 25 de Mayo y Bragado, dependientes de la Estación Experimental Agropecuaria Pergamino del INTA, el evento convocó a productores, contratistas, profesionales y estudiantes de agronomía que buscan incorporar herramientas de última generación para mejorar el manejo de cultivos.
“El dron no reemplaza, sino que complementa”, explicó el técnico del INTA 25 de Mayo, Jorge Zanettini, al referirse a esta nueva tecnología que permite aplicaciones selectivas de fitosanitarios o la siembra de especies forrajeras como raigrás en ambientes donde otros métodos no son tan efectivos. “Es algo nuevo, hay poco material disponible, por eso es tan importante generar espacios como este”, agregó.
Durante la jornada, se realizaron demostraciones prácticas de vuelo, aplicación y preparación de mezclas, específicamente formuladas para ser utilizadas por drones. El objetivo fue claro: evaluar ventajas, optimizar procesos y fomentar el uso estratégico de la tecnología en función de cada ambiente productivo.
El Campo Rufino Mir, ubicado en un punto clave de la región pampeana, reafirma así su rol como plataforma de innovación adaptativa, donde se genera y transfiere conocimiento junto a las comunidades. Jornadas como esta consolidan el vínculo entre ciencia y producción, marcando el futuro de un agro cada vez más preciso, sustentable y conectado.