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El regreso de Catalina Maglio: Una tarde de abrazos, lágrimas y esperanza en Fontezuela
Tras casi un mes internada en el Hospital Garrahan, Catalina Maglio, la niña de 10 años herida en la explosión de la Feria de Ciencias de Rancagua, volvió a su pueblo y fue recibida como una heroÃna por sus compañeros, familiares y toda la comunidad de Fontezuela.
Hace 8 horas.
La lluvia no apagó la emoción en Fontezuela. En una tarde cargada de alegría y sentimiento, la localidad vivió un momento inolvidable con el regreso de Catalina “Cata” Maglio, la niña de 10 años que se recuperó milagrosamente tras el grave accidente ocurrido el pasado 9 de octubre durante la Feria de Ciencias del Instituto Comercial Rancagua.
Luego de permanecer internada en el Hospital Garrahan de Buenos Aires, Catalina regresó a su pueblo en una autobomba de los Bomberos Voluntarios de Pergamino, escoltada por sirenas y aplausos. A su paso, los vecinos salieron a recibirla con carteles, pañuelos y lágrimas de emoción, en un homenaje espontáneo que transformó el dolor en esperanza.
“Nunca creímos que íbamos a volver tan rápido al pueblo”, expresó conmovido su padre, Javier Maglio, acompañado por su esposa, Ángeles del Valle, quienes agradecieron el apoyo incondicional recibido durante los días más difíciles. “Queríamos llegar lo antes posible porque ella quería volver a su pueblo”, agregaron.
La pequeña Cata fue recibida por sus compañeros de la Escuela Primaria N° 59, docentes, amigos y una comunidad que siguió de cerca su evolución. El reencuentro fue una celebración de la vida y de la fuerza de una niña valiente, cuya historia movilizó a toda la región.
Para Fontezuela, el regreso de Catalina fue mucho más que un recibimiento: fue un símbolo de unidad y fe compartida. Cada aplauso, cada abrazo, fue la manifestación de un pueblo que no dejó de acompañar, de orar y de esperar.
“Fontezuela recuperó una parte de su alegría”, resumió un vecino entre lágrimas, mientras la sirena de los bomberos marcaba el final de una historia que todavía emociona. Catalina volvió a casa, y con ella volvió también la esperanza.