Sociedad | Quilmes
Golpe al jugar: Un arco cae sobre un niño de 8 años y lo deja en estado crÃtico
Un grave accidente en un club de Quilmes dejó al pequeño Benicio, jugador de básquet infantil, con muerte cerebral. El niño se trepó al arco de handball ?que no estaba fijado-y la estructura se desplomó sobre su cabeza. El episodio moviliza al entorno y reabre interrogantes sobre seguridad en espacios deportivos recreativos.
Hace 7 horas.
En la noche del martes, mientras transitaba un momento de esparcimiento tras el entrenamiento en el club Argentino de Quilmes, el pequeño Benicio, de 8 años, protagonizó un accidente que hoy tiene a su familia y al barrio completo en angustia. Al subirse al arco de handball ubicado en el predio, la estructura —que no estaba amurada al suelo— cedió y cayó sobre su cabeza con tal violencia, que le ocasionó un traumatismo craneoencefálico severo, hemorragia otorrino-faríngea y un paro cardiorrespiratorio. Fue trasladado primero al Hospital Isidoro Iriarte de Quilmes, y luego al Hospital El Cruce de Florencio Varela, donde fue sometido a cirugía urgente.
La escena es dura: un club infantil, diversión tras el entrenamiento, amigos jugando… y un momento que cambia todo. La situación abre dos ejes fundamentales de reflexión: la seguridad de las instalaciones deportivas y la supervisión de los espacios donde los niños practican o juegan. En este sentido, se puede citar un caso muy parecido en la provincia de Santa Fe, donde un niño de también 8 años sufrió un accidente comparable: un arco de fútbol que se deslizó sobre él durante un juego recreativo. A24+1
En ambos casos, la estructura metálica cedió y golpeó al menor en la cabeza. Dichos hechos sirven de alerta: ¿están las canchas, clubes y predios de deportes infantiles sometidos a revisiones periódicas de seguridad? ¿Se encuentran los implementos asegurados contra deslizamientos o vuelcos? El club local deberá responder ante los familiares del niño e investigar cómo ocurrió exactamente la falla del arco.
Mientras tanto, la familia de Benicio se encuentra a la espera de novedades médicas y el pronóstico es crítico. El dolor comunitario se mezcla con un clamor por medidas urgentes que garanticen que lo sucedido no se repita; que la diversión de los chicos no se convierta en un riesgo.