Linaje descendiente del caballero alemán Mosén Pedro Albaney, que tomó parte en el sitio de Vilafranca del Penedés, donde formó casa. En Villafranca del Penedés, hizo casa y allí quedó heredado. Algunos de sus descendientes, usando el apellido Alba, pasaron después a la villa de Alcolea de Cinca, del partido judicial de Fraga, en la provincia de Huesca, extendiéndose por los lugares de la ribera del Cinca, en Aragón. Una rama de éstos se estableció en la villa de Cascante, en Navarra y otra, se trasladó a Vitoria, fundando en esta población nueva casa solar de mucho lustre, cuyas líneas pasaron a Vizcaya, Castilla, Andalucía y Extremadura, difundiendo el apellido. Otras casas solariegas de este linaje radicaron en las villas de Los Arcos y Cascante, en Navarra. También suele indicarse como de origen Asturiano, de la fortaleza o castillo de Alba de Quirós que, en tiempos de Alfonso VII, poseía Don Gonzalo Peláez de Asturias, de quien hace memoria Fray Prudencia de Sandoval en la 'Crónica de Alfonso VII'. Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, muchos fueron los hombres y mujeres que cruzaron el Atlántico en busca de nuevos horizontes y, en concreto, los que portaron el apellido Alba extendiendo su linaje por América. El 23 de abril de 1588, Fray Juan de Alba, franciscano del Convento de Valencia, partió hacia Perú. De igual manera, el 10 de enero de 1594, Francisco de Parra, hijo de María de Alba, partió hacia Perú con su esposa María de Cabanillas y su hija María de Alba. Con la ortografía Alva, la primera documentación de este apellido que poseo es el bautismo de Ferdinando Alzavez Alva en Piedrahita, provincia de Ávila. Más tarde, los siguientes datos, provienen de Chiclana, Cádiz: la boda de Juana Alva con Alonso Real, en 1590, y la boda de Andrés Alva con Leonor Dominguez Gaitan en 1600. También aparecen datos en el extranjero, como la boda de William Alva con Elisabeth Barker, en Yorkshire, Inglaterra, allá por el 1590.
Escudo verado. El jefe de azur, cargado de una estrella de plata de ocho rayos.