Se trata de un apellido patronímico derivado de los nombres de Fernan o Fernando por lo que no existe un único origen común. Diversas ramas de este apellido probaron su nobleza en las Reales Chancillerías y ante las órdenes militares.
Cada rama de este apellido trae sus propias armas, las más comunes son: En campo de plata un roble de sinople y un león pasante ante el tronco que tiene entre sus garras tendido a sus pies un lobo de sable.