10/11/2007 - No esta demas que aprendamos a usar estos mensajes como guias de vida
LOS CLAVOS
DEL MAL CARACTER

Esta es la historia de un joven que tenía muy mal carácter.
Su padre le dió una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta. Pronto la puerta se llenaba de clavos.
Pero, a medida que aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.
Descubrió que podía controlar su genio, pues el clavar le hacia pensar sobre su mala actitud.
Llego el día en que pudo controlar su carácter y ya no tenía razón de clavar. Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban mas clavos que retirar detrás de la puerta.
Era ciertamente un gran logro,
pero su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta. Le dijo: “has trabajado duro hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta.
Nunca mas será la misma.
Cada vez que pierdes tu paciencia, dejas cicatrices
exactamente como las que ves aquí.
Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho,
pero la herida permanece y el mal se propaga.
Hay que reparar cada agujero y muy difícilmente lograras que quede como nueva.
No es suficiente dejar de pecar. Hay que reparar.
Todo se sana con la gracia de Dios, pero requiere mucho más sacrificio y reparación.
Las heridas que deja el pecado requieren como remedio la Cruz.
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