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En los primeros días de octubre será inaugurado oficialmente el nuevo Aeropuerto Internacional de Carrasco -que cuadriplica el tamaño del actual- y en cuya construcción su concesionaria, la firma argentina Corporación América, lleva invertidos 165 millones de dólares.
En tanto a partir del 15 de noviembre la terminal aérea uruguaya, que es casi cuatro veces mayor que la actual y tiene capacidad para tres millones de pasajeros al año, estará operativa a pleno.
“En Uruguay todavía los amigos y las familias van a saludar a los que llegan, o a despedir a los que se van, por eso la terminal provee grandes espacios para los viajeros”, señaló el arquitecto Rafael Viñoly, a cargo del diseño de la obra, en una entrevista con el diario El País.
La inauguración del aeropuerto contará con las presencias del presidente del Uruguay, Tabaré Vázquez, y el titular del Grupo Corporación América, Eduardo Eurnekian, entre otros.
La estación área, ubicada a escasos kilómetros de la ciudad de Montevideo, ocupa una superficie de 45.000 metros cuadrados y cuenta con una cúpula de 400 metros que le da una fisonomía particular.
El espacio exterior del edificio central está dividido en tres sectores: el estacionamiento para el público, con capacidad para 1.200 vehículos, y dos sectores de acceso restringido, para los sectores técnicos y de servicios.
Su interior se destaca por los amplios espacios y la luz natural que recibe a través de una superficie vidriada de 8.000 metros cuadrados en su parte superior.
Contará con ocho puertas de embarque, cuatro de ellas equipadas con mangas con 20 posicionamientos remotos para la circulación de pasajeros.
El sistema de manipulación de equipajes será totalmente automatizado. Las cintas transportarán el equipaje de bodega desde el área de check-in, para las partidas, hasta el patio de salida de equipajes.
Para los arribos, habrá tres cintas para el reclamo de equipajes, una de ellas con carrusel doble para atender vuelos de gran envergadura.
También contará con un centro comercial o “Duty Free Shop”, que según la Corporación, será “el más grande de Sudamérica” con una superficie de 3.000 metros cuadrados.
10:33 PM - 15/5/2013 - {0} -
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Brasil es el cuarto socio comercial de Chile, superado sólo por China, EE.UU. y Japón. Y Chile es el segundo mercado para Brasil en América latina; viene inmediatamente después de Argentina. Con estas dos cifras en mano, la presidenta Michel Bachelet convocó frente a empresarios brasileños y chilenos, en la sede de la Federación de Industriales de San Pablo, a ampliar las fronteras económicas comerciales.
Lo dijo al lado de su par brasileño, Lula da Silva. El ministro chileno de Obras Públicas Sergio Bitar señaló que eso requiere obras de infraestructura. Puso el eje en un proyecto: el corredor bioceánico que integrará por ferrovías y un túnel andino de baja altura (entre Mendoza y Valparaíso) las principales capitales comerciales del MERCOSUR. Para el funcionario “la conexión entre Brasil, Argentina y Chile es estratégica”. Fuente: Diario Clarín
El proyecto incluye la abertura de un túnel ferroviario de 52 kilómetros de longitud, a ser construido a una altura de 2.500 metros en la cordillera, con entrada en Mendoza y salida en la región de Valparaíso, con puerto de aguas profundas en el Pacífico.
Para el gobierno argentino y el de Bachelet ya es una obra de “interés nacional”. En el caso de Brasil hay también razones para mirar el plan con buenos ojos. Primero porque une sus ferrovías, las argentinas y chilenas.
Luego porque permite aumentar el volumen de productos a transportar en 10 veces la capacidad actual en toneladas-año en el comercio desde el Atlántico brasileño y argentino al Pacífico chileno. Y finalmente, porque en el consorcio empresarial que dio el puntapié inicial al proyecto está la brasileña Odebrecht, constructora que detenta las mayores obras sudamericanas.
Quien tuvo la primera idea fue la Corporación América (que preside Eduardo Eurnekian), con Hugo Eurnekián a la cabeza. Inmediatamente, el clan argentino buscó socios chilenos: se plegó entonces la naviera Urenda. Luego sumaron empresas europea y una japonesa y pronto ingresó Emilio Odebrecht.
Lo cierto es que el martes, cuando el chileno Bitar aterrizó en San Pablo, convocó inmediatamente a los líderes del consorcio. Se reunieron en el hotel Tívoli. Conversaron sobre los próximos pasos: apuntan a consolidar el marco jurídico internacional y definir las alternativas de financiación para los 3.000 millones de dólares que costaría la construcción del túnel. En esa cita estuvieron el empresario chileno José Manuel Urenda de Interoceánica; el brasileño Paulo Lacerda de Melo de Odebrecht y Max Santos Sang de Mitsubishi (Japón). A ellos se le sumaron los hombres de Eurnekián, y entre ellos el ex canciller Rafael Bielsa y Hugo Posse. Después hubo una cena de Bachelet con el grupo empresarial que la acompañó a San Pablo. Allí dialogó con Hugo Eurnekián. “Tenemos que empeñarnos en avanzar en este proyecto” les dijo en ese contacto.
En 2012, inicio de las obras
En una conversación con Hugo Eurnekian, coordinador de Corporación América, el empresario contó a este diario que ya están definidos los próximos pasos.
¿Los estudios de factibilidad fueron entregados en marzo al gobierno de Michel Bachelet y a la presidenta Fernández de Kirchner. El próximo paso es terminar el anteproyecto y luego será convocada la licitación internacional para la construcción del túnel dijo Eurnekian.
Esa fase incluye la ingeniería financiera que cuenta, para ello, con el asesoramiento de la Corporación Andina de Fomento (CAF), banco regional con gran capacidad de préstamos. Clarín preguntó qué ventaja tendrán en la convocatoria a la licitación internacional, ya que son los dueños de la idea:
El consorcio iniciador tiene hasta un 5% de ventaja sobre la mejor oferta.
¿Y si pierden?
En ese caso, el ganador reembolsa los estudios técnicos. El llamado a licitación será antes de fin de año. Las obras deberían arrancar en 2012.
10:32 PM - 15/5/2013 - {0} -
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