Si uno conoce la causa de algo, por lo general puede evitar que esa causa produzca un efecto. Así, por ejemplo, el descubrimiento y la demostración de Ronald Ross, médico británico (1857-1943), de que el germen de la malaria se transmitía por el mosuito, hace posible impedir que esta enfermedad cometa los estragos de los que una vez disfrutara a costa de la humanidad.
Similarmente, cuando uno conoce la causa de la aberración y de los trastornos mentales puede hacer mucho para prevenirlos.
El principio básico de Dianética es el hecho científico de que se pueden mantener los engramas con un contenido mínimo o pueden prevenirse completamente, redundando en fabulosas ganancias en favor de la salud mental y del bienestar físico, así como de la adaptación social.





¡Toma esto, no sirves para nada!
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El engrama en realidad es algo muy simple: es un momento en el que se reduce la mente analítica debido al dolor físico, drogas u otros medios, y el banco reactivo está abierto a la recepción de un registro. Cuando el registro tiene contenido verbal, se vuelve muy gravemente aberrativo. Cuando contiene antagonismo en un nivel emocional se vuelve muy destructivo. Cuando su contenido es intensamente prosupervivencia, con toda seguridad es capaz de trastornar completamente una vida.

Así es, Roberto, yo estoy convencido de que con los fracasos se aprende más que con los éxitos...*
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El engrama, entre otras cosas, determina el destino. El engrama dice que un hombre tiene que fracasar para sobrevivir, y así él inventa numerosas maneras de fracasar.

El engrama ordena que solamente pueda experimentar placer entre los miembros de otra raza, y se va a buscarlos, abandonando a la suya.

Ordena que debe matar para vivir, y mata. Y, mucho más sutilmente, el engrama se abre paso de incidente en incidente para causar la catástrofe que dicta.

En uno de los casos el paciente había planeado hacer todo lo posible para romperse un brazo porque con un brazo roto recibiría la compasión sin la cual el engrama decía que no podía vivir. El plan abarcaba tres años y medio centenar de incidentes aparentemente inocentes, los cuales, al ser relacionados, mostraron la historia.

La persona propensa a los accidentes es un caso en que la mente reactiva ordena accidentes. Es una seria amenaza en cualquier sociedad porque sus accidentes son reactivamente deliberados e incluyen la destrucción de otras personas que son inocentes.

Los conductores que tienen varios accidentes en sus antecedentes, por lo general son propensos a éstos. Tienen engramas que les ordenan tener accidentes. Los conductores que se han aclarado, es decir, liberado de engramas, solamente podrían tener accidentes por dos causas: 1) fallo mecánico y, la más importante, 2) debido a personas propensas a accidentes.

El terrible e impresionante tributo de muertes que se cobra nuestro transporte automotriz es atribuible, casi por completo, a la conducción de la mente reactiva en vez de a la condución por respuestas aprendidas. La apatía de esta sociedad se mide por el hecho de que no actúa seriamente para prevenir todos los accidentes automotrices; un solo parabrisas roto ya es excesivo. Ahora que hay una respuesta a mano pueden tomarse medidas.

El aberrado complica de mil maneras las vidas de los demás. Dianética preventiva permite seleccionar al aberrado que es propenso a accidentes y excluirle de actividades que amenazarán a otros. Éste es un aspecto general de Dianética preventiva. El hecho de que los aberrados aislados de este modo puedan ser aclarados es otro tipo de problema.

El otro aspecto general de Dianética preventiva, y el más importante, es la prevención de engramas y la modificación del contenido, tanto a escala social como individual. A escala social, se eliminarían las causas de la aberración en esa sociedad como si se estuvieran eliminando los engramas del individuo. Igualmente, puede evitarse que se den las causas sociales en primer lugar.

En el individuo la prevención de los engramas es un asunto muy fácil. Una vez que se conoce la fuente de la aberración y de la enfermedad se puede impedir que esa fuente se introduzca en una vida. Si se sabe que la fuente ya se ha introducido se puede prevenir la restimulación. Por supuesto, la respuesta final a todo esto es la terapia que lleva al aclaramiento, es decir, a la eliminación de los engramas.
No obstante, hay aspecto de la fuente que queda sin respuesta. Al niño no se le puede aclarar sin peligro hasta que tenga al menos cinco años de edad, y en la práctica actual se sitúa esta cifra alrededor de los ocho años. Un mejor enfoque de este problema puede reducir esta cifra, pero no es posible reducirla a una época anterior al habla a menos que en el futuro alguien invente un catalizador que simplemente elimine la mente reactiva sin tratamiento adicional (lo cual no es tan descabellado como pueda sonar). Pero por el momento, y probablemente durante mudho tiempo, los niños seguirán siendo un problema para Dianética * *.
La enfermedad infantil procede principalmente de los engramas. Lo más probable es que sea grave antes de que el niño empiece a hablar, y el número de muertes durante el primer año de vida todavía es un asunto serio, hasta que la medicina pueda reducir esta mortalidad.
Dianética preventiva se dedica a este problema en dos fases: primera, la prevención de engramas, y segunda, la prevención de la restimulación. Considerando primero la restimulación, hay dos cosas que se pueden hacer para prevenirla. Se puede proporcionar al niño una atmósfera tranquila y apacible que no sea restimulativa, o si parece que el niño se restimula pese al trato amable, se le puede retirar a otro medio ambiente del que estén ausentes las dos fuentes más seguras de restimulación --su padre y su madre--, y en el que haya presente una fuente de afecto.

La prueba de si un niño es restimulado o no, antes de hablar o después de hablar, es muy sencilla. ¿Es propenso a las enfermedades? ¿Cóme bien? ¿Está nervioso? Puede ser que la criatura tenga algún mal físico real, pero esto puede determinarlo rápidamente un médico, y cae en la categoría de perturbación física.

Las peleas al alcance del oído de un niño, los ruidos fuertes, el comportamiento frenético, la compasión empalagosa cuando está enfermo o lastimado, son alguns de las cosas que constituyen el catálogo de restimulaciones engrámicas. Éstas enferman físicamente a un niño y le aberran mentalmente, activando sus engramas; ¡Y nadie puede saber cuántos tiene!
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* Los cirujanos conversan ignorando que el paciente anestesiado está grabando todo a nivel celular como órdenes hipnóticas de alto poder (engramas) porque está presente el dolor.
** Aclaración de Horacio Velmont. En la actualidad, el profesor Jorge Olguín desarrolló Psicoauditación, técnica mediante la cual en lugar de auditar al 10 % encarnado se audita al 90 % de espíritu no encarnado, con lo cual ya no es necesario tener en cuenta la edad del niño, porque a quien se audita es a su Thetán.