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Enigmas develados

¿Qué le pasa a Cristina?4/3/2012
 

¿QUÉ LE PASA A CRISTINA? 

por Horacio Velmont

 

Basta observar las conferencias de prensa de Macri respondiéndole a Cristina para darse cuenta de su perplejidad frente a las acusaciones. Y aquí estamos siendo totalmente objetivos en nuestra apreciación. No estamos ni con Cristina ni con Macri. Estamos más allá de las banalidades políticas. 

En realidad es fácil saber lo que está sucediendo, en cuanto se sepa la clave, claro está. La clave es tan obvia, está tan a la vista, que por eso nadie la ve. Y de ahí todas las elucubraciones disparatadas de los analistas políticos.

La clave está en que la vida está conformada como un juego. Decimos que está conformada como un juego porque tiene todos los ingredientes propios del juego: oponentes, problemas, incertidumbre en el resultado, factores que se pueden controlar y factores que no se pueden controlar, etc.

En la vida hay que tener un juego porque el juego es la esencia misma de la vida. Cuando no hay juego, hay que crearlo. Nadie se salva de la necesidad de tener un juego como nadie se salva de la necesidad de respirar.

En el régimen carcelario el peor castigo es precisamente privarle a los prisioneros de juego: se los aisla. Sin oponentes no hay juego. Y sin juego los prisioneros terminan por volverse locos. 

Ahora bien, el juego ideal es el juego equilibrado. Un partido de fútbol sería un ejemplo de juego equilibrado. Una guerra, por el contrario, sería un ejemplo de juego desequilibrado. Pero ambos son juegos. No nos estamos refiriendo a la palabra "juego" en el sentido de algo que carece de importancia, sino en cuanto a algo que tiene todos los elementos del juego.

Ahora bien, ¿quiénes juegan juegos equilibrados y quiénes juegan juegos desequilibrados? La respuesta es que los racionales son los que juegan juegos equilibrados y los irracionales los que juegan juegos desequilibrados.

Todas las personas tienen necesidad de tener un juego, pero  hay personas que tienen más necesidad de juego que otras. La esposa que constantemente lo está regañando al marido, o el marido que constantemente la está regañando a la esposa son ejemplos de quienes tienen más necesidad de juego que otras. Y como no saben de qué se trata, y menos aún cómo manejarlo, antagonizan y terminan destrozándose. ¿Recuerdan "La guerra de los Rose", con la actuación de Dany De Vito (quien también la dirigió), Michael Douglas y Kathleen Turner?

En el juego de la política, quizás el ejemplo nuestro más destacado es el de Néstor Kirchner. Su necesidad de juego la tenía tan exacerbada que buscaba oponentes por doquier. Desde ya que el factor oponentes es el principal del juego: sin oponentes no existe juego. También tenía exacerbada su necesidad de ganar. Nada de esa tontería, por supuesto, de que lo importante es competir.

Cristina heredó de su marido esa necesidad de juego y así la vemos buscando oponentes. Para que alguien se le oponga y así tener un juego, por supuesto que no será tratándolo bien sino precisamente todo lo contrario. Y esa necesidad de juego es tal que no vacila en los medios para lograr que alguien se le oponga. Si hay que alterar la verdad, pues así se hará.

En la Argentina la oposición no existe. Entonces no hay juego. Por lo tanto hay que crear un oponente, ¿y qué mejor que Macri? Pero Macri es un señor respetuoso y no es fácil transformarlo en adversario. Por lo tanto hay que pincharlo con fuertes acusaciones, y no importa que sean falsas porque lo primordial es crear un juego.

El traspaso de los subtes al gobierno de la ciudad fue simplemente la creación de un juego. Me refiero a su traspaso tramposo, por supuesto. Si hubiera sido leal no hubiera habido juego. Y Macri simplemente cayó en la trampa.

Cuando hablamos de Cristina, por supuesto que también estamos involucrando a todos los que componen el gobierno nacional, que lo quieran o no están obligados a entrar en el juego desequilibrado impuesta por ella.

Hemos puesto a Cristina como ejemplo de juego desequilibrado porque está más a la vista que cualquier otro, pero esa necesidad de juego la tenemos todos, y no siempre, aunque sepamos de qué se trata, crearemos un juego racional. Y si alguien cree lo contrario, que tire la primera piedra.

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LECTURA COMPLEMENTARIA

La vida, el trabajo y la política como un juego

http://www.grupoelron.org/autoconocimientoysalud/lavidacomojuego.html

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