SINDICATO MEXICANO DE ELECTRICISTAS o “Siguen Muy Enteros”
“Cuando uno se siente al borde la muerte, se afianza el instinto de conservación”.
Gabriel García Márquez en “Relato de un náufrago”.
- ¿POR QUÉ ESTOY ACÁ?
Tratando de cumplir con la promesa que les realizamos a los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, que al momento que estoy escribiendo, llevan……. Días en huelga de hambre.
Dicha promesa consistió en dar a publicidad en cuanto espacio fuese posible, su resistencia, su lucha por los derechos avasallados.
Digamos que esta es la excusa. Sin embargo, además de esta “promesa prometida” -valga la redundancia para enfatizar e insistir sobre la idea de promesa al y del Gran Otro, que justamente en esta historia que paso a contarlos, este Gran Otro fundamental no está, se fue, mira para otro lado o por el contrario se encuentra demasiado presente. Decía que además de esta promesa, me mueve la inquietud personal y profesional de compartir con Uds esta terrible intervención clínica, del orden de la atención en crisis, cómo pensarla, cómo fue abordada. En pocas palabras, compartir con Uds, el trabajo realizado por el equipo clínico a lo largo de unas cuantas intervenciones.
- ¿QUIÉN SOY?
Mi nombre es María Nélida Dombronsky, psicoanalista, y desde hace unos años, más precisamente, desde que el país me echó allá por el 2002, estoy viviendo en México D. F.; y es justamente allí, donde desarrollo mi actividad profesional.
Desde hace un tiempo tengo el gusto de dirigir y formar a un grupo de profesionales comprometidos con la problemática social: El Grupo Moebius, cuya apuesta fundamental es difundir el psicoanálisis a las clases medias y bajas de la sociedad, ya que el psicoanálisis tiene muchas respuestas para dar, allí donde otros abordajes hacen agua.
Es desde esta postura que fuimos convocados por el Sindicato Mexicano de Electricistas (desde ahora SME), para intervenir con los trabajadores en huelga de hambre.
Convendría a esta altura, interiorizarlos con los antecedentes del tema, paso a contarles.
- ¿QUÉ PASÓ?
Para contestar esta pregunta me remito a párrafos de las notas aparecidas en la revista “Proceso” y el periódico “La Jornada”, medios independientes, serios y comprometidos que no pertenecen al más grande de los monopolios mediáticos mexicanos, Televisa, ni tampoco a ningún otro de menor importancia.
Periodico “La Jornada”, nota aparecida el 11 de octubre 2009:
La paraestatal es onerosa e ineficiente, argumenta al decretar la desaparición
El gobierno asalta instalaciones de LFC; ordena su extinción
Es una provocación, una acción desesperada e inconstitucional, afirma el SME
Advierte que defenderá su fuente de trabajo; se deslinda de fallas en el servicio
En la embestida al sindicato están quienes quieren privatizar el sector: AMLO
Revista “Proceso”, nota aparecida el 11 de octubre de 2009:
Toma la Policía Federal oficinas de Luz y Fuerza del Centro
la redacción
MEXICO, D.F., 11 de octubre (apro).- Esta medianoche, cientos de policías federales ingresaron a las oficinas de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro ubicadas en la Colonia Tlaxpana, de esta capital.
Los uniformados llegaron alrededor de las 22:40 horas a bordo de media docena de camiones foráneos, y ocuparon las calles Melchor Ocampo, Marina Nacional, Pátzcuaro y Tláloc, vías que se ubican alrededor del inmueble.
Tras ingresar, los agentes impidieron la entrada a los empleados que tienen el horario laboral que inicia a las 23:00 horas.
Los trabajadores que estaban en el inmueble fueron retirados del lugar sin que se presentara ningún incidente. En tanto, en el interior se encuentra personal directivo de la empresa.
La irrupción de la Policía Federal tomó por sorpresa a los dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
Revista “Proceso”, nota aparecida el 26 de abril de 2010:
Alista SME huelga de hambre "masiva" antes del 1 de mayo
Rosalía Vergara
MÉXICO, D.F, 16 de abril (apro).- El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) informó que antes del 1 de mayo, Día del Trabajo, alrededor de 2 mil 300 electricistas iniciarán una huelga de hambre.
En conferencia de prensa, el vocero y secretario del Exterior del SME, Fernando Amezcua, dijo que la huelga “masiva” iniciará con una marcha de la Basílica de Guadalupe al Zócalo, que podría estar encabezada por los obispos Raúl Vera y Samuel Ruiz.
De acuerdo con Amezcua, 5 mil electricistas se inscribieron en una lista de candidatos a participar en la huelga de hambre, y afirmó que la dirigencia sindical encabezada por Martín Esparza tiene intenciones de sumarse.
“Dependerá de cómo salgan en los exámenes médicos”, indicó el vocero del SME, quien estuvo acompañado del secretario del Trabajo del gremio, Eduardo Bobadilla, y Juan Carlos Escalante, miembro de la Comisión Autónoma de Justicia.
La huelga, agregó, tiene como fin que el gobierno federal revierta el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, firmado el 11 de octubre del año pasado.
- NOS CONVOCARON . . .
… pues el grupo de trabajadores en huelga de hambre, se estaba desanimando porque día a día, no tenían ningún tipo de respuesta a sus demandas, sus familiares estaban muy preocupados por su salud, la que momento a momento se iba deteriorando; y, fundamentalmente, porque diariamente integrantes del grupo eran hospitalizados, por presentar síntomas de consideración, incluso grados de inconciencia.
- ¿QUÉ HICIMOS?
Así fue que hicimos una primera visita al campamento de huelguistas, ubicado en el Zócalo capitalino (homólogo de la Plaza de Mayo de Buenos Aires), frente al Palacio Nacional, sede del gobierno federal y a un lado del edificio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En esta primera visita, pudimos hablar con los trabajadores, para interiorizarnos de la situación por la que atravesaban y cuáles eran sus inquietudes.
De esta forma, para los siguientes encuentros, ya tuvimos diagramada una estrategia de abordaje que se basó fundamentalmente en la escucha de los sujetos desde una postura psicoanalítica. Muy dificultosa, por cierto, considerando las condiciones extremas en las que el trabajo se realizaba: Debilidad física y psíquica de los huelguistas, por los tantos días de ayuno, la temperatura reinante de más de 30°C y la precariedad del lugar, que consistía en tiendas de campaña, con condiciones mínimas de comodidad: catres donde descansan, algunos ventiladores para mover el aire caliente, y sillas de plástico que son ubicadas de acuerdo con las necesidades del momento. Cabe destacar la tarea del grupo de apoyo, que los asiste continuamente, compuesto por otros trabajadores electricistas, en las áreas de seguridad y organización, así como médicos y enfermeras que los controlan constantemente.
La mayoría de las veces pudimos implementar un dispositivo tipo grupo operativo, donde se apuntaba a que circulara la palabra, que apareciera el sujeto del inconciente, que se encadenara algo de la angustia de muerte reinante en todos y cada uno de ellos en su discurso.
Primero, apareció la necesidad de afirmar, confirmar y reafirmar quienes eran y el porqué de tamaña decisión. Las motivaciones iban desde aquellos que querían conservar su fuente de trabajo, ya que los índices de desocupación y subocupación son muy altos; pasando por los que esta actividad era lo único que sabían hacer, nunca habían tenido otra ocupación; hasta los que tenían más de 50 años y si bien estaban lejos de jubilarse, se consideraban muy mayores para lo que el exiguo mercado laboral demanda.
Poco a poco, el equipo fue granjeándose la confianza de los trabajadores, ya que habían tenido una muy mala experiencia con los psicólogos que al principio habían convocado. Así, fue propiciándose el campo para que emergieran inquietudes, anhelos e ideales: Preocupados por las familias respectivas que los veían deteriorarse día a día; querían que el mundo supiese de su lucha, se preguntaban si el presidente espúreo, Calderón, podría dormir tranquilo.
Trabajamos diferentes ejes, tales como que esta experiencia implica un antes y un después, para ellos y su entorno; que fueron unos los que entraron y que serían totalmente diferentes al salir, más allá del resultado de semejante proeza.
Descubrieron y acordaron que crisis es un concepto bifronte en el sentido que si bien se toca fondo, en su aspecto negativo; es justamente ese fondo el que da fuerza y catapulta hacia la superficie, el cambio, la lucha, la vida.
Trabajamos el concepto de familia y desde la propia, concluyeron que ésta, ésta en la que están conviviendo, es una familia muy especial, pues los lazos que los unen son muy estrechos y tremendamente fuertes. Me encontré diciendo: “Si en estos momentos extremos y terribles, podés confiar ciegamente en tus compañeros, ¿qué será cuando salgas?”, y me respondieron: “Sin duda, cuando salgamos, hasta por ahí, encaramos algo juntos. Una empresa, un negocio, vaya uno a saber. Antes yo era el ingeniero en jefe y ellos mis empleados, ahora son mis hermanos”.
Querían gritarle al mundo, la injusticia que sufrían. Entonces, se les sugirió que lo escribieran, para dejar testimonio de lo acontecido, estamos tratando de implementar un taller de escritura.
También, abordamos la cuestión de que en todo tiempo y lugar, estas injusticias se dan y para trabajarlo, les llevamos material fílmico, para sus largas noches insomnes, frente a un solo televisor para las ochenta y pico de almas, que más de una vez ni ellos mismos, electricistas de corazón, pueden hacer que funcione por las precarias conexiones eléctricas.
Hasta que una tarde, no nos quisieron recibir; según nos explicaron pues 5 de sus compañeros entre ellos algunos líderes del grupo, habían sido hospitalizados.
¿Qué hacer?, nos preguntamos, y tuvimos una idea . . .
- LLEGARÍAMOS EN LA BICICLETA
¿Se nos había caído lo armado? El Gran Otro, despiadado y perverso atacaba por todos los frentes: En los medios, se daba poca y nada de información de la huelga de hambre, sólo unos pocos medios comprometidos, les destinaban espacio y micrófono, a pesar de la incansable insistencia del líder del sindicato, Martín Esparza, por aparecer en cuanto medio fuera posible denunciando la injusticia, explicando una y otra vez, el porqué de la decisión, y brindando información fidedigna de las tratativas. A la vez, se exageraba la información del estado de salud de los trabajadores. Esto implicaba que las familias acudieran al campamento desesperadas, con el oculto pero firme propósito de presionar para que abandonen su lucha.
Por otro lado, la Corte Suprema, si bien había tomado el caso, recién se expediría con suerte, hacia mediados de julio, lo que cayó como una burla, ya que para esa fecha, pocos o casi ningunos, serían los que podrían estar sosteniendo la huelga de hambre.
Y por último, el gobierno no se medía en reprimir aquellos movimientos de apoyo que surgían a lo largo y ancho de la república.
Ante este panorama, nos dijimos, hay que implementar algo contundente.
Y así fue que una tarde terrible de calor, llegamos al campamento, y como de costumbre, anunciaron por los altoparlantes que el equipo de psicoanalistas había llegado y que los que quisieran, podían ir acercándose al lugar de reunión.
Un rato largo, me quedé esperando y como nadie llegó, pedí autorización para hablar por los altoparlantes. Así les dije que comprendía que no estaban dadas las condiciones para que ese día trabajásemos, pero que, sin embargo, les quería contar algo.
Les conté de Argentina, del Golpe Militar, de los Desaparecidos, de Malvinas, de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Para ese entonces, ya muchos, muchos de ellos habían tomado su lugar en nuestro espacio, escuchando tan atentamente como aquellos tirados en sus catres, a quienes se les hacía bastante difícil levantarse.
Por último, les conté acerca de Fernando Traverso y la historia de las 350 bicicletas pintadas en la Ciudad de Rosario. Y que tenía la promesa del artista de pintarles una bicicleta que se las traería a mi regreso de Argentina. En este punto, me interrumpieron para discutir dónde la pondrían. Acordaron que, sin duda, en la Sede del Sindicato. Fue mucho el entusiasmo cuando saqué una bandera de México para que la firmasen y poder llevársela al artista rosarino.
Desde entonces ya fuimos a trabajar unas veces más, pero no nos podemos traer la bandera pues la siguen firmando. Recién la semana que viene, es decir mitad de junio, la tendremos en nuestro poder.
Por último, ¿cómo pensar esta experiencia?
- ¿CÓMO PENSAR ESTA EXPERIENCIA?
Dice Luis Alejandro Velasco, protagonista de “Relato de un náufrago” de Gabriel García Márquez, en la pág 81 “y sentí desesperación y rabia ante la certidumbre de que me resultaba más difícil morir que seguir viviendo. Esa mañana había decidido entre la vida y la muerte. Había escogido la muerte, y sin embargo, seguía vivo, dispuesto a seguir luchando por la vida. A seguir luchando por lo único que ya no me importaba nada”
Este náufrago del relato al igual que los trabajadores del SME, eligen la muerte, pues teóricamete, ya no les importa la vida, pero, sin embargo, están más comprometidos que nunca con la vida, dispuestos a seguir luchando.
¿Cómo explicar esta aparente contradicción? Podemos arriesgar un par de hipótesis, que como tales, no son más que preguntas que el tiempo y el trabajo contestarán.
En principio, podríamos decir que tal vez, esta confrontación con la posibilidad de la muerte, evidentemente los está confrontando con el fin, con el límite, con la ley, al modo de lo que enuncia Sigmund Freud, con respecto a los que delinquen en fin de semana.
Sabemos desde el psicoanálisis, que en el mismo momento que se instaura la ley, se instaura el deseo, son simultáneos. Es decir, esta confrontación con la posibilidad de morir, implicaría un renacimiento en el deseo, como sujeto deseante; tal y como se evidencia cuando dice un trabajador que “los lazos entre ellos son tan estrechos que hasta, tal vez, al terminar la huelga, pudieran emprender una proyecto juntos”.
Devenir sujetos, dejar de ser objeto de goce, tal y como lo piensa Jacques Lacan, en su teoría de Alienación-Separación. En la alienación, se trataría de avenirse al goce del Otro, a ser objeto de goce perverso, masoquismo erógeno, dirá Freud, único camino posible para la humanización, para devenir sujeto deseante. Siendo este resultado, el de sujeto deseante, el segundo de estos movimientos, la separación. Sin embargo, estos dos movimientos estarían articulados por un punto de inflexión, momento de máxima angustia, articulador entre el goce en la alienación y el deseo en la separación. Así tendríamos los 3 elementos para la constitución del sujeto: goce, angustia y deseo.
Ahora bien, ¿por qué se vieron en la necesidad estos trabajadores de tomar semejante medida, de cerrar la boca, al modo de la anorexia? Justamente, al igual que la anoréxica, es necesario cerrar la boca para castrar al Otro omnipotente, omnipresente, omnisciente, que no muestra la falta, y por lo tanto no da cabida para cobijar al sujeto. En este caso, fue necesario tomar esta medida para castrar al Gran Otro, materializado en la figura del gobierno, que no da lugar a sus demandas y avasalla sus derechos. Gobierno con su fachada de Otro perverso, que considera a estos trabajadores como objetos desechables, descartables. En los que genera más y más angustia, con la que este Gran Otro goza más y más. Angustia que se manifiesta en el miedo, el temor, la ansiedad en los rostros de los trabajadores, que sienten que en cualquier momento, pudieran ser desalojados por la fuerza de su campamento, tal y como ya lo vivieron esa noche de octubre y como lo reviven, cuando grupos que los apoyan son reprimidos brutalmente. Entonces, sólo les queda un camino en su afán de castrar al Otro para devenir sujetos, cerrar la boca para no recibir nada del Otro perverso, y al mismo tiempo, a través de esa misma boca, gritarle al mundo la injusticia que viven, clamando por la ley que pone límite al goce perverso.
Podríamos pensar algunas cosas más, pero no tenemos ni tiempo ni espacio. Creo que estas hipótesis son las más importantes y las que fueron corroboradas en el trabajo con los huelguistas.
Gracias por su atención.
María Nélida DOMBRONSKY
Psicoanalista
Junio 2010
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