A trompicones vamos y a resbalones venimos
A trompicones vamos y a resbalones venimos,
siempre alzando la voz, en los oídos de los ausentes,
es un vacío con eco,
el que va desde la nada
hasta la sinrazón que vivimos.
Qué decir de mi único hijo
Qué decir de mi único hijo,
el mismo que carga orgulloso mi padre
en la fotografía, en su segundo cumpleaños,
un año después, igual que entonces
sigo sin esperanza de ilusión
por verlo crecer día a día,
lo abrazo desde su tercer día
preparándome para dejarlo de ver
por la voluntad de su madre.
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