Las devociones populares
En la Argentina hay devociones profundas en las masas populares, cuyas formas de expresarse son claras demostraciones de mensajes que desean elevar a Dios para calmar sus necesidades. Pruebas de ello son las multitudes que concurren a rezar a San Cayetano no solo en su festividad, sino en el curso de todo el año. Es un clamor pidiendo trabajo o para conservar el precario que puedan tener, pues de perderlo caen en la indigencia y dispersión familiar.
En estos días se celebra a San Pantaleón, patrono de los enfermos, pero también de la consunción. Esta palabra califica a los “extenuados” y “enflaquecidos”, males estos últimos que pueden llamarse desnutrición. El Arcángel Rafael se ocupa asimismo de la salud del cuerpo y… del alma.
Algo parecido ocurre con la Virgen Desatanudos para resolver situaciones complicadas. Este término, incluye la palabra “satán” (diablo) de cuyo poder cuida la santa a sus creyentes.
San Leonardo ayuda a las embarazadas, algunas que por pobres y sin porvenir para su cría son inducidas al aborto.
También se recurre a San Expedito, a quien se ruega acelerar trámites para solucionar problemas, que bien podrían hacerle caso los burócratas insensibles. La palabra expedito, según la Real Academia significa: “desembarazado, libre de todo estorbo, dispuesto a actuar”.
En fin, las múltiples peregrinaciones masivas a diversos santuarios de nuestro país, en especial al de la Virgen de Luján, patrona de la Argentina, que moviliza a centenares de miles de jóvenes, es una clara muestra de sentimientos patrióticos.
Las virtudes y poderes que el pueblo asigna a quienes integran el santoral católico, se asemejan mucho a mensajes políticos. |