No es cualquier cosa

Cuando estás en casa con ganas de que alguien cuide tu mesa eligiendo lo que vos, pero con ojo cuidadoso en la economía, necesitás un aliado que cumpla las expectativas. Bueno, bonito y barato, sin que te metan gato por liebre, eso es Mandando Fruta.
Las frases comunes que se cuelan en nuestro decir significan mucho más que un relato. Hay una historia que las convirtió en lo que son hoy.
Los vericuetos del lenguaje pueden ser curiosos. Un largo y exótico recorrido presenta esta frase, durante el cual ha experimentado notorios cambios en su significado y en su formulación. Sus inicios se vinculan con las despedidas de los viajeros del interior del país. Quines tomaban el tren o el ómnibus de larga distancia, para dejar el pago por un tiempo considerable, solían ser acompañados por familiares y amigos. Los que se quedaban, pero principalmente los que se iban, solían decir, a modo de saludo final: “manden fruta”, para indicar que no se olvidaran de ellos y que, cada tanto, enviasen algún producto regional para paliar las dificultades de una vida lejos de la casa.
Esto no siempre sucedía y, en las encomiendas, podía venir cualquier cosa, menos fruta. Cuando esto ocurría, para designar el contraste, se decía que “mandaron verdura” (en lugar de fruta), de donde deriva la expresión “cualquier verdura”. Con el tiempo, “mandar fruta” o “cualquier verdura”, pasaron a indicar que se había hecho cualquier cosa, como incluir algo por compromiso, de relleno, de apuro, para cumplir y otras aplicaciones por el estilo. Luego se economizó aún más la expresión y quedó “mandar o hacer cualquiera” o simplemente “cualquiera”, para sintetizar que algo se hizo sin responsabilidad, seriedad o planificación.
Quedarse en el título
De pronto nos encontramos solos y desvalidos. Desprotegidos de muchas de las rutinas que eran casi automáticas. Tener lo necesario en el refri pasó a ser un debate difícilmente encarable. La compra cotidiana de frescos se hace compleja para muchos y pone en riesgos a otros.
Que no falte la fruta y la verdura. Que la riqueza de la mesa no se recienta. Pasados de preocupaciones, suponemos que la comida rápida es calórica. Con el proveedor adecuado de productos sencillos, aquellos con los que las abuelas llenaban sus cocinas, organizar su heladera no es complicado.  En Mandando fruta, lo que llega es lo que vas a usar exactamente como te lo imaginavas.

Para que tus comidas sean más sanas le tenés que poner actitud y organización, pero también tenés que tener un socio amigable. Uno que te acerque el pedido perfecto, esta gente que le pone amor a lo que hace, de esas que entienden que las cosas no salen bien de casualidad. Esos partners que entienden de su trabajo y disfrutan viéndote feliz con lo que te llevaste y sin dudas de volver. Que las frutas no llegan golpeadas, que el pedido llegue ordenado, que la mercadería sea de calidad…

Date la oportunidad de encontrar un partner para el día a día tenga algo menos de incómodo y mucho más de buenos aromas.