Pisada con concepto


Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello



Hacer con tu caminar una vuelta de tueca. Productos artesanales, armados desde cero, con la calidad que da el amor de la caricia a mano

Una de las enseñanzas que nos dejó el COVID, y que más nos impactó, es la costumbre de sacarse los zapatos a la hora de entrar a casa. No muchos teníamos incorporado este hábito. Pero con la pandemia, se convirtió en una tradición que está pisando fuerte y llegó para quedarse.

Se trata de una costumbre que millones de individuos y sus antepasados han puesto en práctica desde hace varios siglos en diferentes lugares del planeta. Se observa en países asiáticos así como también en naciones de mayoría musulmana. Está presente en varios países europeos y muchas familias en Canadá lo hacen. “Los pies siempre han tenido un significado especial en todas las culturas”,  afirma Margo DeMello, autora de «Feet and Footwear: A Cultural Encyclopedia» (“Pies y calzado: una enciclopedia cultural”).

Mientras la cabeza se asocia con el alma y con la mente, los pies se vinculan típicamente con la impureza. Son la parte del cuerpo que toca el suelo y que lleva sus impurezas a donde entres. Si nos remontamos a la antigüedad en África, Asia y Europa, varias civilizaciones tempranas tuvieron esa práctica: cuando regresabas del mundo exterior te quitabas el calzado porque era la forma simbólica y física de remover las impurezas antes de entrar en la casa.

Bajo esa perspectiva de proteger real y simbólicamente nuestro refugio físico y mental es que nace Baccará. El complemento perfecto para los hogares. Ideales para recibir invitados y ofrecerles un zapato fresco y lindo para que se sientan cómodos en tu casa. Dejar atrás el estrés del día a día y conectarse con la calidez de tu hogar. Relajarse y disfrutar de la compañía. Una buena charla acompañada de un café, una linda excusa para tomarse un vino.  Mientras se vienen despidiendo de la pielcita suave del invierno, anuncian olas nuevas de tendencias para el verano.

Cuando se cree que todo está inventado, cuando parece que nada más pasa, cuando la pandemia detiene y asusta, siempre hay un rincón creativo que inspira, desarrolla, insta y conmueve. Porque aún donde aparece el páramo, siempre hay belleza.