Donde silba el tiempo y vuelve el tren

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Hay lugares en los que el pasado no se guarda en vitrinas sino que se queda suspendido en el aire, mezclado con el olor a hierro, a madera antigua y a historias que alguien contó alguna vez en voz baja, Chascomús es uno de esos sitios donde la memoria tiene forma de rieles y nombre de estación, y este domingo 14 de diciembre, entre las once de la mañana y las seis de la tarde, la ciudad entera volverá a latir al ritmo de aquel día lejano en que el tren llegó por primera vez, cambiándolo todo para siempre.
No fue solamente una locomotora asomando en el horizonte, fue una promesa larga, una puerta abierta al mundo, al comercio, al intercambio, a la vida social y cultural que empezó a tejerse con nuevas dinámicas, durante nueve años Chascomús fue punta de rieles, un límite y al mismo tiempo un comienzo, antes de que las vías siguieran su curso hacia el sur de la provincia y la convirtieran en un punto clave de la región.
La antigua estación, esa que funcionó hasta fines de 2014 y que hoy pertenece a la Municipalidad, supo reinventarse con la misma dignidad con la que envejecen los lugares amados, desde 2015 sus salas históricas, la del Jefe, la boletería, el telégrafo, el espacio de encomiendas, alojan al Museo y Archivo Ferroviario, que en esta misma jornada celebra también sus primeros diez años de vida, una década de rescate, de paciencia, de amor por el detalle y por las pequeñas grandes historias que forman la identidad de un pueblo.
Entre los grandes atractivos de la celebración estará el Taller de Restauración Patrimonial, donde se trabaja en la puesta en valor de una verdadera joya ferroviaria, un vagón de primera clase de 1910 que podrá verse en parte durante la jornada, como una invitación a imaginar otros tiempos, otros viajes, otras miradas apoyadas en las ventanillas.
La sala de Encomiendas abrirá paso a una experiencia inmersiva que propone un viaje distinto, no hacia atrás sino hacia el presente y el futuro del sistema ferroviario nacional, una mirada crítica, reflexiva, necesaria, mientras que la sala del Jefe presentará una muestra fotográfica con imágenes que son documentos y al mismo tiempo emociones detenidas en el tiempo.
Detrás de todo este trabajo hay nombres propios y voluntades colectivas, la labor de la museóloga Celeste Placenave junto a su equipo, el acompañamiento permanente de la Asociación de Amigos del Museo y Archivo Ferroviario Chascomús, quienes han hecho posible que este patrimonio siga vivo, que no se oxide en el olvido, que vuelva a ser motivo de encuentro, la reinauguración de una de las salas y el descubrubrimiento de una placa institucional serán algunos de los momentos más significativos del día.
La estación se transformará, una vez más, en un punto de reunión para todas las generaciones, habrá exposición de autos antiguos, unidades históricas de los Bomberos Voluntarios, espectáculos musicales y representaciones de época, instituciones mostrando sus proyectos, juegos para los chicos, visitas guiadas por el museo y la estación, foodtrucks, sabores, risas, charlas que se cruzan como vías en un cruce ferroviario.
La invitación está hecha, a celebrar lo que fuimos, lo que somos y todo lo que todavía podemos ser, a reencontrarnos con una parte esencial de nuestra identidad, a dejarnos atravesar por el sonido imaginario de un silbato que todavía resuena en la memoria colectiva, porque la historia del tren es también la historia de Chascomús, y este 14 de diciembre, la estación vuelve a llenarse de vida, de pasos, de abrazos y de futuro.