Asado al viento

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Gana la parte baja del termómetro en el clima, pero levantar el ambiente con un asado es la manera más argentina de empoderar la cuarentena.
El frescor del otoño acaba de irrumpir en sus primeros días más inclementes, se anuncia la llegada definitiva de las temperaturas más invernales para los próximos días, y el viento y las pocas horas de sol pueden debilitar el espíritu del asador. Sin embargo, hay algunas claves para convercer al más desangelado sobre le riqueza de un asado en pleno invierno. Veamos:
– Aunque haga frío, se debe hacer al aire libre para permitir que la parrilla respire.
– Evitar corrientes de aire o llovizna. Optar por los espacios más protegidos o dotar al lugar de ciertos frenos no herméticos.
– Que abunde el carbón. Es mejor que sobre a que se carezca de la combustión. Con el viento suele arder más rápido y consumirse más cantidad.
– Precalentar la parrilla antes de colocar la carne.
– La cocción será más larga.
– Abrigarse bien pero nunca con bufandas.
– Colocar un brasero cercano, a modo de calentador, para confort del asador.
– Que los trozos sean más pequeños y delgados permitirá asarlos más rápido.
– Al servir, el asado se enfriará más rápido, de modo que en vez de servir en tabla, optar por parrilla de mesa con brasero u olla de hierro precalentada en la misma parrilla.
 Estancia Don Ramón prepara la propuesta más campera inspirada en cortes de carne de pastura, chorizo y salchicha bombón. La bandera se enarbola con el ojo de bife. Las presentaciones incluyen carne trozada fresca con una vida útil que se extiende hasta la semana. Sus carnes al vacío proveen se conservan hasta tres meses y llegan en versiones con o sin hueso. Siempre con la propuesta de imponer tecnología para ganar en terneza.