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Asanas o posturas

Por Gabriela Binello autora de Yoga Personalizado (www.yogapersonalizado.com/).
Tasya bhūmiṣu viniyoga [YS.III.6]. Este sūtra implica:
• El yoga se aplica de manera individual, acorde al nivel de aprendizaje de cada persona.
• La práctica cambia cada vez que algo significativo sucede en la vida del alumno. Y cambiará todas las veces que éste detecte un cambio profundo en su ser: desde una situación de salud puntual o un embarazo, hasta un trauma o una mudanza.
• El yoga tiene que ser completamente adaptado a las necesidades del individuo; aplicarlo según lo que necesita cada persona. Cualquier cambio que
impacte en el alumno debe ser tenido en cuenta.
¿Cuáles son esas variables que tenemos en cuenta para adaptar las herramientas (en este caso, āsanas) a cada alumno?
a. La edad o etapa de la vida (vayaḥ). En la India se cree que cada etapa de la vida tiene una función. Independientemente de lo que nosotros intentemos creer
-o forzar- desde nuestra visión occidental y moderna, nuestro cuerpo físico tiene una evolución que implica cambios: nacimiento/desarrollo/decaimiento/
muerte. En este sentido, se distinguen tres etapas fundamentales de la vida:
– Brāhmacāri. Desde que nacemos hasta los 25 años aproximadamente.
Principales características: acumulación y uso de la energía, regeneración veloz, cambio. La función, el deber (dharma) en esta etapa es jugar, nutrir- se y estudiar.
– Gṛhasthā. Entre los 25 y los 65 años aproximadamente. El dharma principal
es la responsabilidad, el sostén del hogar (propio o con familia). Se requiere mantener la salud y la energía y no incorporar más responsabilidades,
presiones ni estrés.
– Vānaprastha. De los 75 años en adelante. Ya no hay responsabilidades
familiares, sociales, etc. El único dharma es la trascendencia.
Como vemos, no se trata de aplicar cualquier postura a cualquier persona para cualquier cosa. Todo va confluyendo a un modelo en donde adapto las posturas
para que cada persona acceda al objetivo de la misma, de la clase en particular
y, a largo plazo, de la experiencia de yoga: la expansión dentro de su realidad.
Esto es lo opuesto a tener un diseño prearmado de posturas (o de clases), en donde todos -independientemente del estado de su espalda, sus alineaciones,
la distancia entre sus cākras, su fuerza y flexibilidad- tengan que encajar.
Las āsanas (como una herramienta del yoga) no pueden aplicarse como si fueran un medicamento alopático para eliminar síntomas. No van a funcionar desde este
modelo porque āsana solo nace desde una comprensión total del sistema
humano; una mirada integradora cuyo principal objetivo es eliminar impurezas para que el prāṇa fluya y, así, la persona se encuentre con su potencial
(ecuánime, integrando las dicotomías).