Calabaza, anco, zapallo… Lo amás o lo odiás?

Por Andrea Jatar, creadora de Viandas de la Olla (www.viandasdelaolla.com).

Una de las primeras comidas de nuestras vidas es el purecito de zapallo. Color naranja, suavecito, dulzón… el rey de las comidas hasta que nos empezamos a enamorar de las papas fritas! Porque la calabaza frita no tiene la misma consistencia que las papas fritas, o que las batatas fritas o que la mandioca frita. Pero así y todo nos sigue acompañando en los mejores y en los peores momentos de nuestra salud. Porque cuando somos chicos que nos empachamos a chocolate y a golosinas, el mejor remedio es el purecito de calabaza, por ejemplo. Cuando ya crecemos y tenemos problemas de estómago, el médico nos dice: «permitido puré de zapallo». Porque cuando vamos al dentista, con la boca y el aliento desastrosos, la mejor manera de paliar el hambre es recurrir al famoso zapallo en la forma que se nos ocurra. Y paremos de enumerar situaciones.
Producto muy versátil en la cocina, se puede aprovechar todo en el caso del anco y casi todo en el resto de los zapallos. Empezando por la cáscara, si es blanda y fina, es excelente portadora de más vitaminas y minerales. Lavala bien y comela. Siguiendo por las semillas, que son un excelente y delicioso snack si se las fríe o se las hornea. Y por último la pulpa, tan sabrosa en chutneys y dulces, en repostería y en preparaciones saladas. Como ingrediente vedette o como acompañamiento se luce siempre.

Marida bien con frutas secas, con cítricos como la naranja y la mandarina, y con especias como el gengibre y la canela, con los que se pueden preparar deliciosas tartas para la merienda. En su versión salada, no hay nada con que no pegue: pimientas, masalas, nuez moscada, aromáticas verdes frescas o secas, cualquier vegetal, cualquier carne, como relleno de pastas o como parte de la masa, como la de los riquísimos ñoquis de la foto. Excelente compañía y excelente anfitrión. Millones de recetas. Cuál es la mejor?
Por estos lares no es tan difundida su veta repostera. Así que acá va una receta de Pastel de Calabaza para la merienda:

Ingredientes:
– Pasta quebrada (si no querés comprar y si no tenés una receta a mano, uní bien 75 gramos de azúcar, 150 gramos de manteca y 225 gramos de harina y dejala en heladera para que descanse)
– 450 gramos de calabaza, zapallo o algo de la familia, pelada y sin semillas
– 100 gramos de azúcar negra
– media cucharadita de canela en polvo
– media cucharadita de gengibre en polvo
– un cuarto de cucharadita de nuez moscada rallada
– 15 mililitros de miel
– 1 huevo fresco batido
– el jugo de media naranja (jugosa!, sino ponela entera)
– el jugo de medio limón
– ralladura de una naranja
– ralladura de un limón
Preparación:
– Forrar una tartera honda con la masa quebrada
– Asar el zapallo y hacer un puré. Agregarle el resto de los ingredientes y mezclar bien
– Verter el puré en la tartera y hornear a 190° (o como tu horno sea bueno para cocinar las tortas) unos 40 minutos. Estará lista como cualquier torta: cuando sale limpio el pinche con que revisás la masa!