,

En la cancha se ven los pingos

Ser gourmet es una construcción hecha a partir de decisiones bien tomadas. Mustang Meat Market las pensó una a una y se convirtió en una alternativa delicatessen que derrama exquisitez desde el cartel de entrada.

Cuando los términos se popularizan pierden cierta categoría de entidad en su concepto. La idea gourmet expuesta como epígrafe ha dejado de ser marca en el orillo de aquello que debiera. Cuidado, equilibrio, gestión de productos de temporada, respeto por los alimentos, hacer escogido y breve… como lo muestra Munstang: conciso y sin tantas vueltas.

Allí en las antípodas de lo que nos tocó, un par de valientes conquistaron un terreno en el que reinaba la nada. Revivieron un espacio hípico, y se animaron a crear un reino culinario con vistas a una pista llena de saltos y buena pisada. Soñaron con el restaurante, pero la pandemia los convirtió primero en un food place de delicatessens bien nombradas. Con una curaduría muy exclusiva que redunda en una oferta poco vista. Se ensañan con la idea de encontrar lo mejor de cada producto reunido en heladeras en no se encuentran en Argentina, arte en metal que crea clima, ingenio en la resolución arquitectónica (quien no quisiera una barra con la bandeja de un taller de colectivos o el fondo de medios barriles para dar a la pared presencia de galería de arte?)
Allí sus propuestas, en este suscinto portpourrí de productos, son íntimas, aquellas que gustan de poner en la mesa de amigos, las que comparten cuando les conmueve el hecho de hacer fuegos, las que sienten que brindan identidad a su cocina.

En Mustang arrancaron en la puerta, con una cafetría en un trailer. Más tarde se convirtieron en referentes de carnes dignas de una vidriera de Tiffanys. Con el ahínco de los que van por más,recorrieron  el incesante camino de incorporar productos donde la honestidad, calidad, servicio, cultura y gestión sean pilares irrenunciables. Atentos al detalle irrepetible. El restaurante que siempre soñaron, ahora queda a un paso, porque acaban de abrir sus mesas al aire libre (aunque también las hay en el interior) para una media centena de afortunados degustadores de picadas inspiradas en los dioses (mis favoritos chacinados de Las Dinas aseguran un acierto ineludible), hamburguesas pensadas por carniceros de guante blanco y detalle… lujo de detalles.

Hacer una puesta apasionada

La pandemia nos tuvo en síndrome de abstinencia en materia de recorridos culinarios. Sin embargo, los buenos buscadores tienen premio. Comer es mucho más que llevarse algo rico a la boca. Aquí el desafío es lograr disfrute de un concepto.
Si algo hemos han aprendido durante estos meses es a trabajar su resiliencia. Esa capacidad de resistir, de salir más fuertes de lo que toca. Mustang demuestra que circunstancias como esta son el campo de cultivo perfecto para crecer. Así nació su proyecto, que llegó para quedarse y con él el mito que quieren construir. Como su homónimo, el caballo cimarrón estadounidense, símbolo del espíritu pionero del Oeste, con toda la aventura en sus espaldas, la pasión como meta y el deseo de ver que lo exquisito puede ser aún cuando lo adverso te limita.