Esencia de origen

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Alma de palacio, corazón de Andalucía, calidez típica de pequeña aldea, sofisticación boutique.

Con vista al sur, el camino sigue adentrándose en el espíritu árabe. Sevilla emerge como capital de la región con una impronta tan morisca que uno se siente del otro lado del Mediterráneo. A pasos de la tumba de Cristóbal Colón, en el casco antiguo de Barrio Alfalfa, a metros de la Catedral, el original Hotel Casa 1800 Sevilla del siglo XVII ha sido meticulosamente restaurada y convertida en un pequeño hotel boutique de lujo, que ofrece alojamiento elegante como en casa. Incluye el patio del atrio, las columnas de mármol romano, los pisos de piedra de Tarifa y los detalles originales de madera tallada. La colección de detalles del hotel refleja las cualidades que fueron primordiales en la creación de su entorno: color, luz, competencia y diversidad.
Con un encanto tal personal como autentico, ubicado en pleno centro de Sevilla a tan dos minutos a pie de la Catedral y la Giralda, en el corazón del casco histórico, se convierte en un testigo privilegiado. Cultural, gastronomía, turísmo, conocimiento… todo allí está al alcance de la mano. Monumentos célebres, museos tentadores, teatros y tablaos de flamenco.

En el coraón del ajetreo

Ubicado en el Barrio de Santa Cruz a unos pasos de la zona de compras, es también el enclave ideal para degustar la mejor gastronomía sevillana, ya que se encuentra rodeado de zonas de tapeo y de restaurantes típicos.
Hotel Casa 1800 Sevilla es una típica casa-palacio cuya historia se remonta a principios del siglo XIX, la época de esplendor de los grandes románticos, de los personajes de leyenda como Don Juan Tenorio, Carmen la Cigarrera, Lord Byron, Bécquer…
La propiedad fue edificada en 1864 siguiendo una disposición tradicional. Sus portones de madera maciza tachonada permitían la entrada al interior con un carro de caballos, desde el que ya a pie se accedía a un patio central en torno al cual se distribuyen todas las estancias.
La casa consta de tres plantas inundadas de la luz que proviene del patio central.
Tras dos años de meticulosa restauración en la que se han potenciado al máximo los elementos arquitectónicos originales, y se ha respetado el espíritu de la época en su suntuosa decoración, se ha conseguido hacer de esta casa-palacio un hotel único con mucho encanto, donde revivir el esplendor de tiempos pasados conjugado en un perfecto equilibrio con la más avanzada tecnología de hoy.
La propiedad guarda un secreto: un cuarto con terraza privada en la azotea con vistas a la Catedral y piscina. La pileta común de la azotea ofrece vistas panorámicas a una zona llena de historia, incluyendo al Palacio Real, al Hospital de los Venerables, o unas vistas increíbles a la Catedral y la Giralda. Balconea a los campanarios de la antigua judería del Barrio de Santa Cruz, las almenas, los árboles de los jardines del Real Alcázary hasta las torres de La Plaza de España en El Parque de María Luisa. Tan epicéntrico que estirar la mano basta para acariciarlo todo.