Felicidad hecha en casa

Cómo se extraña a la abuela en cuarentena! En estos tiempos de tantas dificultades, además de la distancia, pesa una mano de cocinera experta que le ponga calor y color a la mesa.  The Cook Resto lleva a tu mesa esa mano amorosa que piensa en que te guste y te alimente.

Cuando los primitivos humanos advirtieron que con el dominio del fuego habían asaltado con triunfo el futuro, establecieron también la gran diferenciación con respecto a los animales, e inventaron la cocina. Sobre piedras candentes cocieron las carnes y crearon los primeros platos.
Las prácticas alimenticias como un fenómeno cultural, es producto de la sabiduría gastronómica del grupo y del medio. La comida tradicional de un grupo social, es una de las  características culturales que no se pierden cuando una persona o el grupo emigran a una nueva cultura, porque confiere identidad y mantiene vínculo de pertenencia a la querencia que se dejó atrás..
La fuerza gustativa y afectiva con este vínculo se puede ver en cualquier parte del mundo; las personas que han emigrado a otros países, continúan comiendo los alimentos familiares tradicionales e invitan a degustarlos a sus amistades del país que les ha dado acogida.
El alimento es símbolo de muchas metáforas: es el sustento, la mesa llena, el olor a hogar, lo que acompaña el despertar con energía, se combina amablemente con larga sobremesa, se doblega frente los comensales cuando oscurece. Es la saciedad de cualquier momento de vacío y el hermano ideal que complementa charla y encuentro.
La ingesta es una instancia de carga de baterías que excede a lo físico. No se trata sólo de un par de ingredientes mezclados amablemente. Se trata de nutrir alma y espíritu, además del cuerpo. De ponerle pasión. Para adaptarse a estos tiempos, la pasión se convirtió en vianda. The Cook Restó propone comida casera tradicional con una serie de sandwiches, de esos que todos aman comer como el de milanesa o la hamburguesa, pizza, tarta del día, empanadas y pastas. Se suman guisos cuantiosos que dan calor a la jornada justo ahora que el frío nos cobija. Platos tan de casa como el guiso a la lentejas, la merluza a la romana, los canelones de espinaca y ricotta, el pastel de papa o las albóndigas. Pero también hay mimo dulce: mousse de dulce de leche, flan clásico o budines (enteros o por porción) de zanahoria, marmolados, de limón…
El envío huele como la casa de la nona. Y eso es palabra santa…