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Financiar y dejarse financiar

Por Gonzalo Abalsamo
Twitter: @AbalsamoGonzalo

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Un mundo atravesado por la globalización, los esquemas solidarios, la inclusión y la accesibilidad de proyectos para hacedores e inversores ha dado vida a nuevas tendencias que crecen a pasos agigantados.

La riqueza en diversidad y profundidad alcanzada por Internet y la accecibilidad de las nuevas tecnologías han implicado nuevos alcances en el modo de financiación de proyectos. Nuevas herramientas, nuevos métodos y vías de acceso a créditos y oportunidades de captar fondos han aparecido en concordancia con el encuentro de los usuarios a través de las plataformas digitales.
La manera más tradicional que poseía un emprendedor para reunir los fondos que su negocio necesitaba surgía de la presentación de solicitudes de créditos bancarios o de entidades que incentivan su progreso o aportes de su círculo íntimo o cercano.
Hoy es factible que ese mismo proyecto sea presentado públicamente de manera virtual y se utilice el poderío de llegada y propagación de las redes para hacerlo conocer en otras geografías y comunidades. El crowdfunding, así se llama esta nueva alternativa, ha supuesto un mundo renovado y ha impulsado a todo tipo de emprendedores desde localidades impensadas a la hora de acceder masivamente a la financiación.
La propuesta, además, ha implicado en cuestiones de inversión a poblaciones que, en el pasado, no imaginaban ésta como una posibilidad. Porque, precisamente, el crowdfunding implica poner en contacto al capital disponible con el que lo necesita, de tal manera que no sea preciso que un único sujeto o un par de ellos sea responsable de proveer todos los fondos necesarios, sino que un grupo de personas pueden apostar a ingresar en negocios que, con su único capital no les hubiera sido posible, pero que aunados en conjunto con otros tienen la capacidad en equipo de financiar propuestas tentadoras.
Desde el otro lado, el sujeto que precisa de los fondos, puede recibir aportes de diferentes tamaños, sin necesidad de recurrir a un único candidato o a pocos.
Una solución que la tecnología ha permitido y que, aún en contra de las muchas críticas que pueda implicar, en este caso, el crowdfunding se convierte en un valor superador de igualdad, inclusión, gestión de nuevas oportunidades e incorporación de una amplia parte de la población al mercado financiero, un espacio que, fuera por accesibilidad o por montos, le estaba vedado.