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Hacer, rehacer, revivir

Hay una energía que circula en el universo y que podés hacerla propia para que el planeta respire y lo haga desde tu propia casa. Esa es la propuesta de Viví más Verde.
Desde sus inicios, los agricultores han utilizado los residuos orgánicos generados a partir de la propia actividad agrícola y ganadera para fertilizar las tierras de labranza. Hace miles de años, diferentes países (la China y otros países asiáticos, Mesopotamia, Sumeria, etc.) desarrollaron técnicas para tratar estos residuos y mejoraron su aprovechamiento. Se sabe que en la época de los romanos ya se recogían los restos orgánicos generados en la ciudad para ser utilizados en las zonas agrícolas periféricas.
La poca información escrita que se tiene sobre el tema no aparece hasta el siglo XI, probablemente legado de la expansión árabe a la península Ibérica, haciendo referencia al “compost de los templarios”, que es una técnica que incorporaba los restos forestales, desmenuzados y húmedos, en pilas de compostaje que se volteaban periódicamente. No fue, sin embargo, hasta el siglo XX, y de la mano del considerado “padre del compostaje moderno”, Sir Albert Howard (1883- 1974), que después de años de investigación en la India creó el método de compostaje conocido como “Indore”. De esta manera, se establecieron los parámetros y las condiciones del proceso de compostaje, que posteriormente se extendieron a gran escala por todo el mundo.
En los años 50, la “Revolución Verde” incorporó la fertilización mediante productos de síntesis química y relegó los residuos orgánicos agrícolas, ganaderos y urbanos a la categoría de material de rechazo, ya que no podían competir con la eficacia de las nuevas generaciones de abonos.
El compostaje tiene un papel primordial en la agricultura ecológica. Este proceso permite el cierre de los ciclos de nutrientes y, cuando se aplica el producto resultante a los suelos agrícolas, se produce un aumento de los niveles de materia orgánica y de la calidad y diversidad de la vida en el suelo, hecho que conlleva una mejora de su fertilidad, pilar fundamental de la salud y la productividad de los cultivos. El abonado con un material orgánico bien compostado, a diferencia de la aportación de residuos orgánicos no compostados, como es el estiércol fresco, permite la aportación al suelo de una materia orgánica estabilizada en forma de humus, la liberación gradual de sus nutrientes y la utilización de un producto libre de patógenos y de semillas de hierbas adventicias. Si se ha hecho un buen proceso de compostaje, la estabilidad de la materia orgánica humidificada y la disponibilidad de nutrientes que proporciona el compost permite un trabajo efectivo para hacer frente a la erosión y al empobrecimiento de los espacios de cultivo, que son estrategias de adaptación y mitigación del cambio climático.
En tu propia casa, porder reducir residuos, transformarlos en materia productiva de manera sencilla para incorporar a tus macetas, a tu balcón, huerta o jardín, sin olores ni mayores compicaciones, incluso generando recursos útiles para ceder a los amigo y proveer a terceros. Hay una acción positiva personal en el reciclaje que hasta que no la experimentaste, no te das cuenta que existe. Tal como los deportistas te cuentan que las endorfinas se activan en la práctica, hay unas especies de tales hormonas que se disparan cuando empezás a reciclar.
La vida redonda sin fin
Viví más verde ceó un producto único. Una herramienta que tecnológicamente es perfecta, con la sencillez total de su confección. Como una idea de Leonardo Da Vinci, la simpleza es el mejor camino hacia la perfección. Son un equipo que le pone pasión, profesionalismo y alegría a lo que hace. La idea nace de la unión de esa energía con el amor por la naturaleza.

Sus productos, de diseño y desarrollo propio, dan una solución al compostaje doméstico y huerta urbana. La idea surge de un sueño: una ciudad más verde y más consciente del cuidado de sus recursos. De hecho, su compostera urbana es una forma perfecta de vivir en la ciudad, participando activamente  en el cuidado de los recursos naturales e integrando ese concepto como conducta en los hogares a través de productos de la vida cotidiana.

La compostera se integra de dos piezas. Llega en una gama impresionante de colores. En la web y tamboén personalmente ofrecen todos los tips para que la tarea sea sencilla. Es ideal para comprometer a los más chicos, pero también es una manera de conducir a un resultado provechoso la fuerte conciencia que ellos mismos están generando y trasladando a los adultos.
Se pueden intergrar desechos orgánicos húmedos y secos, siempre en la proporción dos a uno. La operatoria es tan sencilla que pueden realizarla los más pequeños. Es una puerta para empezar una nueva etapa en donde pasás a participar activamente del proceso de transformación de tus desechos orgánicos en compost. Una tentación para que tus flores se multipliquen en tus macetas y de que veas un un hecho concreto cómo aquello que era desperdicio es un recurso valioso para que utilices.
Soy una convencida de que todo lo que va vuelve porque la vida es un búmeran que te retorna lo que lanzaste. Viví más verde te da la enorme oportunidad de hacer el primer paso de hacer algo para rehacer algo de lo que no existe más y revivir aquello que no era.