Hacerse bolso

Las ideas tienen su tiempo y su espacio. Pero como vinos que necesitan maduración, emergen cuando su punto es el exacto. Virginia Bags Argentina tuvo diversas etapas, pero hoy brilla con ideas cálidas para hacer el llevar un cobijo de buenas nuevas.

Los que saben aseguran que no hay certezas en torno al origen exacto en que la cartera o bolso apareció en la historia bajo el concepto que tenemos hoy. Aún así, es dable pensar que desde que el hombre necesitó trasladar, ha de haber imaginado conceptos cercanos a ellos.
Esto queda registrado en los diseños que los pueblos más antiguos dejaron en sus cuevas. Allí símbolos y esquemas mostraban la vida cotidiana. Dichos petrglifos, de los que hay por todo el planeta, muestran a figuras sensiblemente de género femenino, que portaban elementos colgados del brazo.

Las pieles animales, del mismo modo en que fueron los primeros recursos para cubrirse, lo fueron para funcionar como contenedores. A los cargadores de alimentos se los llamó alforje, apto para atarse a la cintura o de los hombros. Se supone que ese fue el primer antecedente de los bolsos que hoy son moda, diseño y utilidad.
Las personas, independientemente de su sexo, fueron desarrollando elementos aptos para colgarse y transportar lo que necesitaban. Herramientas de oficio, productos de compra o intercambio, alimentos para los rebaños… El accesorio de moda como tal aparece en la Edad Media, donde comenzó a llevarse prendido a la cintura y era decorado con esmero, esencialmente reservado a las mujeres. Era considerado un modo de evaluar el estatus social de su portadora.
Cartera al alma
María Virginia Pérez Valiño es un fluir inquieto. Sin más que pasión para fines del 2001, inspirada en su arcón de cinturones que ya no estaban en boga, decidió ser una adelantada de la reformulación y los convirtió en las primeras correas de sus carteras hechas en telar.
El amor cobijado en un amigo de toda la vida llegó con un viaje a Italia. El con trabajo nuevo, ella con la idea al hombro. Recayeron en la ciudad de los bolsos y las carteras, donde se dedicó a aprender el oficio y a vender sus obras (300 campioni, muestras originales e únicas) en pequeñas ciudades y pueblitos.
La relación no prosperó, pero le dejó la pasión por su hacer.
De regreso se dedicó a trabajar in house en empresas de diseño y marroquineria. Impactadas por la cuarentena, la cuestión la dejó irracionalmente sin empleo, pero esos corazones atribulados de ideas no se dejan vencer fácilmente.
Aquella idea guardada en su historia volvió a ser pasión como  excusa perfecta para retomar su proyecto y adaptarlo aquí y a la actualidad. A partir de algunas telas que tenía de Laura Ashley y marcas similares, empezó a hacer sus bolsos en tela. Un nuevo empezar que regresa casi una década después con Virginia Bags Argentina.
Hoy realiza una línea en tela, otra en cuero y algunas por pedido exclusivo. Son diseños únicos, el packaging y las etiquetas son todos hechos con materiales genunios y sustentables,  hechos a mano.

Un revaival, en un nuevo mundo, en una nueva época tratando de hacer lo que sabe hacer con amor y pasión, para ser útil a sí misma y para lanzar al mundo algo de fresca inspiración.