La belleza en la ilusión

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello


Los museos siempre han sido sitios de interpelación. Pero los tiempos modernos los encuentran en epicentros mucho más activos y directos para demandar del espectador una reacción. Crean para él experiencias sensoriales o imperiosamente reflexivas que inquietan a los más anodinos.
Esta es la idea que hasta el inicio de diciembre ha tenido el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, junto al ThyssenBornemisza Art Contemporary (TBA21) al presentar la exposición con obras de Dominique Gonzalez-Foerster y Tomás Saraceno.
La propuesta invita al espectador a plantearse cuestiones relacionadas con la tecnología, la inteligencia artificial, el pensamiento colectivo del mundo animal o el poder y la atracción por lo desconocido. «Más-que-humanas» es la tercera colaboración entre ambas instituciones y está comisariada por Stefanie Hessler.
El camino invita a sorprenderse inesperadamente. En la ilusión holográfica OPERA (QM.15) (2016), de Dominique Gonzalez-Foerster, la artista aparece caracterizada como la mítica cantante de ópera Maria Callas y sincroniza el movimiento de sus labios con algunas de sus arias más famosas de La Traviata de Verdi, Medea de Cherubini o La Gioconda de Ponchielli. Proyectada en un espacio oscuro, su figura parece una presencia real, como si fuera una aparición fantasmagórica de la propia Callas. La obra forma parte de una serie en la que la artista adopta la identidad de personajes famosos fallecidos, como las actrices Marilyn Monroe o Sarah Bernhardt.
El trabajo se basa en la historia de la fotografía, los comienzos del cine y en lo sobrenatural y se plantea como «una especie de sesión de espiritismo», según Gonzalez-Foerster.
Conocido por sus esculturas flotantes e instalaciones interactivas, la producción artística de Tomás Saraceno se caracteriza por su multidisciplinaridad y la búsqueda de soluciones a los problemas actuales, como nuevas modalidades de transporte aéreo que no necesiten combustibles fósiles. Durante la última década, el artista ha sido pionero en el estudio de las telas de araña, cuyas complejas estructuras se asemejan a pequeños universos que superan muchas de las construcciones arquitectónicas hechas por el hombre.  Para llevar a cabo estos estudios, Saraceno y su equipo han colaborado con instituciones como el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) con el que han desarrollado una técnica de escaneo que permite obtener imágenes detalladas y tridimensionales de las telarañas. El artista estudia el proceso de construcción de estas estructuras y las muestra a escala humana. En ocasiones, amplifica sus vibraciones, como si fueran instrumentos musicales, haciéndolas audibles para los visitantes. Estos paisajes flotantes crean conexiones sensoriales a través de distintos ecosistemas, resonando entre los espectadores para crear una conciencia más completa de los sonidos inadvertidos que nos rodean.