Las crisis de la vida: Desde los 14 a los 21 años

Por Priscilla Maciel, Astróloga recibida de Casa XI y del STA Uk de Deborah Houlding

Entre los 14 y los 21 años en el cielo ocurren muchos contactos. Intervienen:
Urano, el planeta de la singularidad y de la libertad; Júpiter, el planeta de la
expansión, de la dirección y del sentido; Saturno, el planeta de los límites y de la responsabilidad; Neptuno, el planeta de los sueños y del enamoramiento.

Dependiendo de la fecha de nacimiento, muchas de estas posiciones ocurren en distintos tiempos y para algunas personas ocurren todas juntas y en ese caso es imposible sostenerlo sin pasar por una crisis.

A los 14 años Saturno le hace oposición a Saturno natal (vuelve a la posición que tenia Saturno cuando la persona nació) y el niño se enfrenta a la autoridad sintiéndose diferente. Si se rebela en esta época es porque está probando su independencia. Se enfrenta con las ganas de irse y los padres con el desconcierto de cómo actuar en la adolescencia. Si el chico crece haciendo lo que quiere no tendrá limites y si crece asfixiado se rebelará. Lo importante de esta etapa es explicarle que existen reglas y normas. Saturno hace que se prueben frente a una autoridad.

Si los padres son débiles, en algún momento la situación va a ser insostenible y
el chico va a encontrar un límite en donde vea la autoridad. Este ciclo lo empuja a ser más independiente y los padres tienen que proporcionarle facilidades.

Los padres deben ser comprensivos pero no permisivos en esta etapa.
Neptuno es el planeta del enamoramiento y de la ensoñación, nos hace enamorarnos e idolatrar a cantantes y actores.
Urano, al irse moviendo desde el nacimiento hasta este ciclo de edad, hace
que el chico necesite independizarse, tener libertad.

Todo esto hace que sea una época de estar más sensibles, de llorar, de enamorarse, de soñar, de pelearse con la autoridad y rebelarse. Acá es clave observar cual es la reacción del chico, ya que eso será clave en el futuro. No es lo mismo un chico que se identificó con la rebeldía frente a una autoridad más fuerte o más limitante que otro que se responsabilizó porque le dieron libertad sin límites.

Todas estas etapas van marcando las distancias de vivencias internas que tenemos con cada uno de estos planetas. De acuerdo a eso se empezaran a fijar relaciones internas entre Saturno (la autoridad,
la responsabilidad) y Urano (la singularidad,
la rebeldía, la libertad), Júpiter (el sentido de la vida, las relaciones sociales) y Neptuno (el enamorarse, el idealismo, la ensoñación). Cuando un padre se enfrenta a un adolescente le sirve para verse proyectado en su hijo. Y ahí habría que recordarse a esa edad.