Las crisis de la vida: Desde los 28 a los 36 años

Por Priscilla Maciel, Astróloga recibida de Casa XI y del STA Uk de Deborah Houlding

Los planetas que intervienen son: Saturno, el de la estructura y la forma; Urano,
el de la diferenciación; Júpiter, el de la expansión; Neptuno, el de los ideales y
la fantasía.

Veníamos de un período en el cual la sociedad nos pedía que tuviéramos claridad y supiéramos tomar decisiones acertadas en cuanto a nuestra carrera y a nuestro lugar en el mundo. Sin embargo, en el período entre los 21 y 28 años no podíamos hacerlo realmente desde nuestro “propio“ deseo, desprendiéndonos de los deseos de nuestros padres y de lo que la sociedad nos exigía.

A los 28 años comienza un nuevo ciclo donde comenzamos un periodo de diferenciación y autoafirmación.
Si no tuvimos las cosas claras hasta los 28 años no hay que preocuparse. Es a los 28 años donde comenzamos a diferenciarnos, a conectarnos con nuestro
deseo y a saber hacia donde ir.

Lo que pase en esta etapa va a depender de cómo hayamos actuado en el periodo de los 21 a los 28 años. Si no seguimos nuestro verdadero deseo y estuvimos mas supeditados a los deseos de nuestros padres, de nuestra cultura, porque “teníamos” y/o “ debíamos” estudiar, casarnos y ser adultos definidos, es muy probable que luego de los 28 años se desate una crisis importante para diferenciarnos de lo que elegimos falsamente, creyendo que elegíamos según nuestros propios deseos. Nos vamos a enfrentar con que ahora tenemos que hacer nuestro deseo dejando de lado el de los demás.
Es un periodo de autoafirmación. Si se casó en el periodo anterior, muy probablemente entre en crisis entre los 33 y 34 años y pueda llegar a divorciarse.

Uno no tendría que tomar decisiones tan importantes antes de los 28 años, ya que luego de los 28 es donde realmente nos ocurren cosas que nos llevarán a la diferenciación. Antes de los 28 años estamos disolviendo un ciclo y no es un buen momento para comenzar algo. Al contrario. Y es bueno empezarlo luego de los 28 años, cuando tenemos más definido lo que queremos.

Si seguimos el “mandato” y dejamos de lado a nuestro planeta de la diferenciación (Urano), lo callamos y lo tapamos, lo único que lograremos es que quiera aparecer violentamente y que esa salida produzca una crisis mayor a los 33 años, o lo que sería peor, a los 42 – 45 años.

Nada se tapa, solamente se posterga, y aumentando en su efecto.
Es también una época en donde todo se hace más serio y uno carga con mayores responsabilidades. A esta edad hay que descubrir nuestra propia
manera de ocupar una posición individual en relación con los problemas que uno elige afrontar.
Todo lo que uno haga antes de los 28 años no expresa nuestra identidad individual. La prueba siempre estará en cómo utilizar lo que nos deja el pasado en todos los niveles.
Es clave en esta etapa transformar nuestra relación con el pasado para dejar de ser una expresión del mismo, y poder decidir cómo usarlo para contribuir a
algo nuevo.