Lujo no es frivolidad

 



La Mansión de Four Seasons Hotel Buenos Aires reabre sus puertas y eso habla de mucho más que de un hote maravilloso.

Nos quedamos inanimados. Como un cuadro de una peli de Disney que se freeza en el viejo proyector CineGraf. En ese momento sin tiempo en que país por país caímos en la pandemia. Lo que sentíamos lejos, nos tocó a todos, y cada uno en su dimensión, fue sufriendo pérdidas.
De pronto te tengo que contar que las suites de la Mansión Four Seasons Hotel Buenos Aires  se encuentran disponibles desde ayer, y la película se destraba. Está medio difícil hacerla cirular normalmente, y los cuadritos se quedan en la imagen más de lo que deberían. Sin embargo, es una noticia brillante, no sólo para la hotelería de gran escala, sino para todas las consecuencias que esto embandera.
Casi un año luego de cerrar sus puertas al público, el 19 de marzo pasado, La Mansión, reabrió para recibir nuevamente a quienes deseen alojarse en alguna de las siete suites con las que este palacio de 1920 cuenta.
La piscina, siendo la única al aire libre del barrio de Recoleta se encontrará habilitada solo para los huéspedes que hayan reservado una suite en La Mansión. Se encontrará abierta de 10.00 am a 6.00 pm. El protocolo incluye turnos de utilización de 45 minutos, lo cuales puede alargarse en caso que no haya una reserva posterior, y un menú de piscina reducido disponible para quienes tomar un refresco o almorzar. Se deberá respetar en distanciamiento social y utilizar tapabocas al llegar.
El desayuno por el momento no se servirá en formato buffet, sino que, room service enviará el desayuno la suite de cada huésped para evitar el contacto físico y favorecer el distanciamiento social.
Nuestro Secreto, el restaurante calmo y delicioso que se sirve en las puertas del parque de La Mansión continuará abierto, de martes a sabados de 19.00 a 24.00 horas para quienes deseen cenar en los jardines mas lindos de la ciudad.
Este paso es un gran despertar del sector, de la industria, de las fuerzas que se reponen a pesar de todo, un espacio de lujo cuasi lujurioso, pero nada frívolo en su mensaje que arrastra resilencia y propone darle vida a aquello agonizante. Que inspire.