Lujo que florece

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

En lo alto de Santiago, Mandarin Oriental celebra noviembre y su quinto aniversario con un gesto que combina sofisticación, tecnología y conciencia ambiental. Su huerto sustentable en altura, pionero en la hotelería chilena, se extiende sobre 290 metros cuadrados y transforma la luz del sol en verduras, hortalizas y flores comestibles que viajan directamente del huerto a los platos del hotel. Albahaca, rúcula, cebollín, tomates cherry y lavanda conviven con un invernadero de cristal y una zona apícola, donde seis colmenas producen miel orgánica que perfuma desayunos, bollería y creaciones culinarias.
El huerto no es solo un laboratorio de sabores: es también un ejemplo de eficiencia y compromiso ambiental. Un sistema fotovoltaico de 21,6 kWp genera 19,2 MWh al año, reduciendo la huella de carbono del hotel en 14,4 toneladas de CO2, equivalente a sembrar 800 árboles. La incorporación de chillers polivalentes optimiza los ciclos termodinámicos del aire acondicionado, con un ahorro cercano al 60% en gas, mientras que Winnow, un sistema de inteligencia artificial, ha logrado reducir el desperdicio de alimentos en la cocina de 119,45 a 78,09 gramos por comensal.
Durante este mes de carbono neutral, Mandarin Oriental demuestra que lujo y sustentabilidad no solo conviven, sino que se potencian. El consumo de agua por habitación bajó de 4,7 a 1,37 metros cúbicos; la basura disminuyó de 9,6 a 6,6 kilos, con un 25% reciclado; la electricidad se redujo de 287 a 97,7 kWh; y las emisiones de CO2e descendieron de 158,8 a 43,98 kg por habitación ocupada. Cada cifra refleja la eficiencia que respalda la experiencia del huésped.
Recorrer el huerto es un viaje sensorial: el aroma del tomillo y la lavanda, la frescura de las hojas verdes y el zumbido de las abejas que recolectan néctar orgánico. Cada detalle convierte la estadía en un acto consciente de lujo, donde disfrutar de la excelencia significa también cuidar el planeta.
Mandarin Oriental, Santiago demuestra que la hospitalidad de alto nivel puede ser sostenible, inteligente y deliciosa. El lujo ya no se mide solo en diseño, servicio o gastronomía: se mide en la capacidad de generar impacto positivo, desde la terraza hasta la mesa, desde la energía solar hasta la miel que endulza cada experiencia.