,

Modelo de evolución Samkhya

Por Gabriela Binello autora de Yoga Personalizado (www.yogapersonalizado.com/).
Es clave comprender algunos conceptos básicos de la teoría de la evolución Sāṃkhya ya que el yoga de Patánjali se apoya en este modelo para describir a la mente humana y la trascendencia del sufrimiento. Si bien Sāṃkhya ameritaría un libro en sí mismo, delinearemos aquí únicamente sus ejes principales.
Desde el Sāṃkhya, conocemos el origen de este universo hasta cierto nivel de manifestación (liṅga). Antes de esta manifestación existe lo que es inmanifiesto (aliṅga), y eso es imposible de conocer o acceder. Sāṃkhya dice que en el estado de aliṅga (inmanifiesto) existía la conciencia indi- ferenciada (puruṣa) y la materia en estado inerte (mūla prakṛti), y que de la unión de ambos (conciencia más materia) surge la manifestación y comienza el universo de la causación. La evolución se expande valién- dose de esa unión, yendo de lo inespecífico a lo específico y de lo sutil a lo material. Por ejemplo: de una inteligencia general a una inteligencia individual; de cualidades de la materia indiferenciada (elementos de la naturaleza como tierra, agua, fuego, aire y éter) hasta la diferenciación de nuestro cuerpo humano, órganos de los sentidos, órganos motores y nuestra mente.
Esa evolución, desde el inicio y desde el plano más sutil se sostiene por la constante y cíclica combinación de las tres cualidades de la materia- energía
(guṇas):
• sāttva (luz, claridad, liviandad)
• rājas (movimiento, acción)
• tāmas (pesadez e inercia)
En el último de los niveles más sutiles, todo a nuestro alrededor y todo en nuestro interior está sometido al constante cambio y combinación de estas tres cualidades de la materia-energía.
Para entenderlo prácticamente: todo lo que percibimos a nuestro alrededor resulta de la combinación de estas tres cualidades; a su vez, nuestra mente va a funcionar con más predominancia de una u otra guṇa a lo largo del día, de la semana, del mes, de los años, de nuestra vida. La desadaptación, el desarreglo de estas combinaciones e interacciones (las propias y las del entorno) dá lugar a estados de la mente más o menos inestables, letárgicos, débiles o hiperactivos.
Ésa es una de las razones principales del sufrimiento.
Puruṣa y prakṛti (conciencia y materia) funcionan completamente unidos en nuestra realidad. Nuestro cuerpo y mente sin conciencia no tienen vida. Otros sinónimos para puruṣa dentro de los yoga sūtras pueden ser: cit (conciencia), drṣṭ (el observador), svāmī (el maestro). En otros textos, puruṣa también es referido como el “ser individual” (jīva), o aquello que permea todo (ātman). Todos refieren a esa “inteligencia” que reside en nuestro interior y que, sin ella, no estaríamos vivos. El vehículo más sutil y más cercano con esa conciencia o puruṣa es el prāṇa (o energía vital). Puruṣa habla a través del prāṇa. Si tomáramos al sol como la conciencia (puruṣa), el prāṇa es aquello que vehiculiza esa conciencia tanto como los rayos del sol al sol.
El objetivo del Yoga: eliminar el sufrimiento
Desde este planteo del Sāṃkhya, yoga dice que la principal causa de nuestra ignorancia (avidyā) y sufrimiento reside en la identificación to- tal (saṁyoga) entre materia (prakṛti-dṛśyam) y conciencia (puruṣa-drṣṭ). La conciencia necesita de la materia para experimentar el mundo pero, en esa unión, “no puede reconocer” su capacidad ilimitada y queda “presa” del mundo fenoménico. Recordemos que toda la manifestación co- nocida (liṅga) está impregnada, en última instancia, de la combinación de puruṣa y prakṛti. Nuestro intelecto, nuestros pensamientos, nuestros sueños, pertenecen al campo de la materia desde este modelo evolutivo.
La propuesta del yoga es comprender los niveles, actividades, tipos de nuestra mente para que podamos “des-identificarnos” con la materia (aunque nunca de manera permanente mientras estemos vivos) y así re- conocer nuestra ilimitada potencialidad proveniente de puruṣa (estable, infinita, que no muere, no decae).
En la medida que accedemos a los pla- nos más sutiles y profundos de nuestra mente, más nos acercamos a la ilimitada potencialidad de puruṣa y más nos alejamos del sufrimiento (que no es otra cosa que la identificación con la materia).