Neoclacisimo con savoir-faire à la française

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Descubrir rincones secretos, disfrutar de los cuadros del Museo del Prado, conocer los restaurantes de tapas o simplemente pasear por sus calles, Madrid nunca deja indiferente a nadie. Símbolo del lujo, el Hotel Orfila se encuadra en un sitio recóndito, pero acomodado para hacerlo todo.

Una de las riquezas únicas de España radica en el tamiz de historia que ha sabido conservar en sus entrañas. Las piezas arquitectónicas que se han puesto en valor para albergar los proyectos hoteleros han  contado con un prisma de sabiduría. Es el único hotel de la ciudad donde cada habitación es diferente en cuanto a su arquitectura y a su decoración, aunque respetando los orígenes del siglo XIX. Aún cuando las estancias son grandes, hay cierto toque hogareño palaciego en sus cuartos, sobre todo en las bohardillas que son simpáticas y aportan a la idea de tener el propio piso con vistas.
El edificio donde se asienta fue construido en el año 1885 como residencia privada de una familia aristocrática. Un establecimiento con mucho encanto, y que es el único Relais Chateaux de Madrid. Es un lugar de encuentro, íntimo, elegante, refinado.
A principios del siglo XX su jardín fue famoso en Madrid por las obras teatrales que se allí se representaban. En los años 90 se llevó a cabo su restauración para convertirlo en hotel de gran lujo. Durante todo el proceso se buscó siempre conservar al máximo el espíritu del edificio, recuperando muebles de época, techos altos, balcones, miradores, buhardillas. Entre las obras de arte que decoran el Hotel, cabe destacar los retratos de época de los últimos reyes de la dinastía de Austria y los primeros borbones. La joya de la corona es un cuadro del Rey Fernando VII pintado por Vicente López.
El emblemático edificio, residencia de una familia de la alta burguesía, se hizo célebre en los años 20 entre la sociedad madrileña porque albergó numerosas representaciones artísticas en un teatro habilitado dentro del palacete, donde ahora se ubica La Terraza.

Esta visita es una de las alternativas imperdibles que propone el programa Stopover Hola Madrid de Iberia, una alternativa para que si se hace una escala en Madrid, se pueda permanecer hasta 6 días sin costos adicionales de vuelo y, además, con una serie de ofertas especiales y beneficios.

Nueva era con antepasados
Solo un año más tarde de su inauguración, el hotel se convirtió en uno de los hoteles más prestigiosos del mundo. Se distingue por cumplir estrictamente los cinco conceptos que definen su filosofía: carácter, cortesía, calma, encanto y cocina.
Los dos comedores del restaurante son amplios y elegantes. Un lujoso restaurante El Jardín de Orfila ofrece una cocina refinada y bien ejecutada.
Con la apertura de su nueva terraza, el hotel Orfila ofrece a su vez un menú gastronomico muy atractivo en el que su Chef  Carlos Carpintero nos propone platos en los que destaca la materia prima de gran calidad, con alternativas Zamburiñas a la marinera, Carabineros envueltos en yuca o su espectacular Huevo poché.
Una oda a la calma y la paz en medio de la ajetreada Madrid se extiende como una joya delicada con sus pisos de mármol y el estuco de sus paredes. La riqueza británica de su decoración, salpicada por obras de arte típicamente españolas. Su secreto bar reproduce las míticas estancias de los clubes ingleses de caballeros. Su terraza -digna de disfrutar durante el verano- tiene una enorme veranda con cristales cóncavos que da a un pequeño jardín lleno de encanto, todo cumple con los cánones del buen gusto y el lujo, el ambiente que se debía respirar en el siglo XIX.
El mobiliario ha sido traídos directamente de distintos países de Europa siendo todos del siglo XIX. Así, las sillas venecianas se mezclan con los albornoces bordados con las iniciales de los clientes habituales.
Rigor estilístico e histórico. Lujo y refinamiento. Sofisticación neoclásico con sabor a siglo XIX.