Por Gabriela Binello autora de Yoga Personalizado (www.yogapersonalizado.com/)
Prāṇa es energía vital; lo que sostiene al cuerpo y la mente. Prāṇa es la fuerza que nos permite vivir y, a la vez, ser conscientes de que estamos vivos. Sin prāṇa no
hay vida. La respiración marca el inicio y el fin de nuestra existencia.
Comprenderla es acceder al “río subterráneo” (en tanto nivel inconsciente) de nuestra mente y nuestro ser. El prāṇa y la respiración provienen de una fuente en
común.
El vocablo prāṇa proviene de raíz sánscrita, y significa lo siguiente:
– prakarṣeṇa (prākāśa: luz)
– anati gacchati (anati: tornar vital / gacchati: moverse, fluir)
– iti
– prāṇa (pra: completamente / ana-anu: movimiento, vida)
Según esta definición, la naturaleza del prāṇa es moverse. ¿Y qué es aquello que tiene la capacidad de moverse en todas las direcciones, traspasando las fronteras de espacio y tiempo? La conciencia.
De esto se desprende que el prāṇa no se mueve sin dejar una huella. ¿Cuál sería esa huella? Conciencia. Inteligencia. Si expandimos el prāṇa en nuestro cuerpomente,
esto necesariamente se traduce en un mayor nivel de conciencia. El prāṇa es el pulso de nuestro nivel de conciencia.
Prakarṣeṇa es luz asociada al prāṇa. Prāṇa en tanto electricidad o luz que recorre nuestro sistema iluminando la oscuridad. Recordemos que para los yogis, la
salud y nuestra evolución se basa en lo que hacemos con el prāṇa y el agni al quemar bloqueos o resistencias (kuṇḍalinī) y, de esa forma, acceder a otros niveles
de conciencia. Esos niveles de conciencia expresan mayor claridad, mayor verdad: es nuestro potencial dormido.
También en este sentido, trabajar con el prāṇa deviene en mayor liviandad porque voy conectándome cada vez más con quién soy. Cuando expando el prāṇa en mi sistema, no solamente sentiré que hubo o hay movimiento sino que ese movimiento se relaciona con clarid ad y liviandad en mi cuerpo y en mi manera de percibir la realidad.