¿Qué es y cómo funciona el cerebro?

Por Néstor Braidot, Doctor en Ciencias, Máster en Neurobiología del Comportamiento y en Neurociencias Cognitivas (www.braidot.com)

Comportamiento y en Neurociencias Cognitivas, autor de ‘Cerebro para dummies’ y ‘Sacale partido a tu cerebro’ entre otros.

En el cerebro reside todo lo que una persona fue, es y puede llegar a ser,  lo que ha experimentado, aprendido y memorizado, su consciencia y su metaconsciencia. También residen sus habilidades y sus dificultades, lo que acepta y lo que rechaza, lo que ama y cómo ama, lo que está presente y lo que cree haber olvidado.

No es en el corazón, sino en el cerebro, donde se ubica la predisposición para el rencor o el perdón, para sentir miedo o coraje, para ser optimista o pesimista, para estar alegre o deprimido.

Y si bien todos los seres humanos vienen al mundo con esta plataforma de lanzamiento extraordinaria, su desarrollo dependerá de lo que cada uno perciba, experimente y procese a lo largo de su vida, ya que en el momento del nacimiento –con excepción de lo que viene inscripto en los genes- todos los cerebros están programados biológicamente para desempeñar las mismas funciones.

Durante el desarrollo cerebral, algunos factores no pueden ser controlados por el individuo, como los genéticos y los ambientales (durante la niñez). Posteriormente, durante la vida adulta, la morfología del cerebro se va modelando en función del tipo de información que procesa. Esto es lo que nos permite afirmar que cada ser humano es artífice de su propia arquitectura cerebral.

A través de la vista, el tacto, el olfato, el gusto y el oído el cerebro capta, procesa e interpreta la información que llega del medio ambiente, generando las respuestas que dan origen a pensamientos, razonamientos, decisiones, sentimientos y acciones.

Por ejemplo, si de repente escuchas una alarma, se activarán neuronas de tu corteza auditiva, si lees un libro, se activará tu corteza visual, si tocas un objeto, el estímulo que recibas a través de la piel pondrá a trabajar neuronas que se encuentran en tu corteza somato sensorial primaria.

En todos los casos, la información que ingresa por los sentidos sigue su camino hacia otras zonas del cerebro donde es procesada.  Según su contenido, puede que desencadene un movimiento, que te deje estático, que la olvides o que pase a tu memoria de largo plazo, contribuyendo de este modo a la formación de los sentimientos y conceptos que tengas sobre las demás personas, el mundo que te rodea y sobre ti mismo, como así también a lo que sientas y decidas.

Lo que va a diferenciar el cerebro de una persona con relación al de otra es la intrincada estructura de redes neuronales que se irá formando a medida que las células se comuniquen entre sí como resultado de los estímulos que reciban del medio ambiente.

Con el correr del tiempo, algunas se irán ampliando, otras permanecerán estáticas y otras se irán creando debido a un fenómeno que se conoce con el nombre de neuroplasticidad: el cerebro se modifica a sí mismo segundo a segundo, a medida que interactúa con el entorno.

Este fenómeno explica por qué cada cerebro es único y completamente diferente de los demás. Si bien (en el caso de las personas sanas) todos desempeñan idénticas funciones, el cerebro de una actriz es distinto del de una ingeniera, el de un conservador al de un liberal, el de un ateo difiere del de un religioso y el de un taxista tiene zonas con distinto desarrollo en comparación con el de un músico.