Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Atelier des Lumières presenta una experiencia de inmersión única dedicada a El Principito, obra maestra universal de Antoine de Saint Exupéry. Presentada en colaboración con la finca Antoine de Saint Exupéry, esta creación única da vida a las palabras y acuarelas del autor, transportando a jóvenes y mayores en un viaje poético a través de las estrellas.
En 1943, Antoine de Saint Exupéry publicó “El Principito” en Nueva York. Al año siguiente, desapareció misteriosamente sobre el mar Mediterráneo a bordo de su P-38 Lightning, dejándonos esta obra magistral que rápidamente se convirtió en un éxito mundial y en un clásico atemporal de la literatura.
Pero ¿qué es “El Principito”? ¿Es esto una novela? ¿Una historia poética? ¿Un cuento para niños? ¿O incluso un cuento filosófico? “El Principito” es todo esto a la vez, con algo
además: acuarelas tan imprescindibles como el texto. Aunque Saint Exupéry pretenda no saber dibujar, no es así. Él mismo dibuja el retrato de su personaje, creando un universo único y reconocible por todos. Las acuarelas son parte integral de la historia, contribuyendo a la pureza y sencillez del lenguaje, y capturando la esencia de los personajes y lugares descritos en un mínimo de trazos.
Esta exposición inmersiva invita a los visitantes a descubrir o redescubrir “El Principito” desde un nuevo ángulo. Las acuarelas y palabras de Saint Exupéry cobran vida en suelos y paredes, transportándonos a un mundo donde la imaginación no tiene límites. Las rosas, los zorros y las serpientes hablan, y viajamos de desierto en pradera, de planeta en planeta sin la menor dificultad, porque ni el tiempo ni el espacio parecen tener influencia alguna.
Envueltos en este universo poético, acompañamos al Principito en su búsqueda por comprender y domesticar el mundo que lo rodea. Esta búsqueda refleja nuestras propias búsquedas de significado y conexión a través de los grandes temas atemporales de la historia: preguntas y respuestas, adultos y niños, felicidad y tristeza, amor y amistad, visibles e invisibles. “El Principito” nos invita a mirar más allá de las apariencias y redescubrir nuestra capacidad de asombro.
Seamos niños o adultos, “El Principito” tiene algo que decirnos, algo
para mostrarnos. En realidad, “El Principito” está dirigida menos a los niños que a la parte infantil que se esconde en cada uno de nosotros. Esta creación es una invitación a descubrir la magia y la sencillez del mundo, a recordar la importancia de la imaginación, la curiosidad y la compasión. Como dice Saint Exupéry: “Sólo vemos claramente con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.
