Sobre las diferencias culturales

Por Florence Lotthé Glaser, del libro ‘Todos diferentes’, Editorial Albatros, www.albatros.com.ar
 
¿Es normal tenerle miedo a la cultura de otra persona?
En la adolescencia con frecuencia se quiebra el parecido con los padres y hay un acercamiento a los amigos: queremos ser como ellos. Así que la diferencia de quienes no tienen la misma cultura o la misma religión puede plantear un problema y generar temor. Sin embargo, seguimos siendo seres humanos, por lo que no perdemos la capacidad de asimilar las diferencias del otro y de convertirlas en una riqueza. “Si tú eres diferente, mi hermano, lejos de perjudicarme, me enriqueces”, decía Saint-Exupéry en su libro Ciudadela. Un bello lema, que supone, eso sí, un respeto recíproco. Aceptar al otro, su cultura y sus diferencias no es jamás aceptar un comportamiento que el otro nos quiera
imponer. Si alguien te dice (en una conversación o por internet) que su cultura y/o su religión son mejores que las tuyas y que tenés que adoptarlas, hablalo con un adulto con quien tengas confianza: no es para nada normal ni aceptable. Todos tenemos el derecho a tener nuestra propia identidad y nadie tiene el
derecho a atacarla.
 
¿Qué hacer frente al acoso?
No se puede hablar de acoso sin hablar de una víctima, un acosador y un grupo (o población) que son testigos de los ataques. No obstante, el acoso solo puede continuar si nadie dice nada o si el grupo permanece como espectador. Sin duda, es más cómodo no decir nada. Sobre todo si no queremos llamar la atención sobre nosotros mismos y arriesgarnos a ser las próximas víctimas. Pero no debemos aceptar que alguien sea atacado de manera sistemática por quién es, su identidad, sus particularidades. Si te sentís abrumado por las circunstancias y tenés miedo de que haya represalias, para vos o para alguna otra víctima, hay que romper el silencio y acudir a un adulto de confianza (puede ser uno de tus padres, un profesor, un tutor o tu médico de cabecera). Con ayuda, será posible enfrentar aquella violencia psicológica y/o física.
 
¿Es mejor ser un chico o una chica?
No es ni mejor ni peor ser uno o la otra. Hay similitudes y diferencias entre ambos sexos. La principal: el hecho de poder tener un bebé para las mujeres. Es idiota y tóxico imaginar que ser de sexo masculino o femenino nos pueda poner en un lugar superior al otro. El sexo no da ningún poder sobre el otro ni en las relaciones sociales ni en las de amistad, ni en una relación amorosa. Si alguien intenta ejercer su poder sobre otro, hay que hablar con un adulto. En cuanto a la imagen que podemos tener de las chicas y de los chicos, lo importante es no encerrarse en clichés o en caricaturas por respeto a los demás, o incluso por nosotros mismos, aceptando modelos estereotipados que recibimos principalmente de la televisión, las redes sociales o la gente.