El museo de Grenoble presenta, en colaboración con el Centro Pompidou, una exposición dedicada a Joan Miró que incluye más de 120 obras de las colecciones del Museo Nacional de Arte Moderno. Este préstamo excepcional incluye los tres “Bleu” que viajarán excepcionalmente fuera de París y permanecerán depositados en el museo de Grenoble. La exposición, que enfatiza la iconoclasia, la energía creativa y la modernidad artística del pintor, abarca toda su carrera al tiempo que ofrece una mirada privilegiada a su obra definitiva, de los años 1960 y 1970, un período de exilio interno e intensa experimentación. Este evento es un anticipo de la programación del Centro Pompidou | Constelación construida en colaboración con las instituciones culturales más importantes de París, Francia e internacionalmente y que hará brillar el Centro Pompidou durante sus obras de renovación. Como la de Picasso, la obra de Joan Miró, por su libertad creativa y su iconoclasia latente, ocupa un lugar inédito en el siglo XX que le confiere una talla mítica y la eleva a un rango universal. Anclada en la tierra catalana de su infancia, vio la luz en la década de 1910 con las pinturas denominadas “detallistas” de Montroig, escenas realistas y campesinas que aprendían la lección del arte naif y del naciente cubismo. Luego, a mediados de la década de 1920, sus “pinturas de sueños”, cuya magia poética sedujo a surrealistas como Robert Desnos y Michel Leiris, le proporcionaron reconocimiento artístico. Con una mirada a veces asombrada, a veces más oscura, del mundo que le rodea, el pintor va dando cuerpo a lo que su biógrafo, el poeta Jacques Dupin, describió elegantemente como “Mirómonde”, pero también como un “resplandor de signos”. Es a través de este lenguaje, a la vez estelar y volcánico, que se desarrolla su compleja mitología donde el azul se codea con la oscuridad, donde el espíritu de la infancia se mezcla con sus demonios interiores.
A partir de 1956, la instalación en Palma de Mallorca supuso un nuevo punto de inflexión en su obra. Durante este período de intensa creatividad, su pintura se metamorfoseó, volviéndose cada vez más gestual, directa y que recuerda a las “pinturas salvajes” nacidas en la década de 1930, en el contexto del ascenso del nazismo.
El último período de creación del artista, que abarca una colección de casi 90 obras creadas en los años 1960 y 1970, está especialmente bien representado en la colección del Centro Pompidou – Museo Nacional de Arte Moderno. En la exposición se prestará especial atención a estos últimos años de extraordinaria fertilidad en los que el artista afirma con una fuerza sin precedentes su deseo de libertad y experimentación, antídoto absoluto contra todas las formas de academicismo y opresión. Entre las obras presentadas, las tres “Azul” (1961) marcarán un punto culminante de la exposición. Tres etapas de una misma obra, subrayan la realización de toda la investigación plástica y poética de Miró. Su color celestial, que celebra la calma y la serenidad, te invita a un viaje meditativo.
