Una madre cuidando la masa

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Cuando el encierro se prolonga y la incertidumbre se apodera del espíritu hay que alimentar alma y estómago con nobleza. Sauerteig Buenos Aires  le pone alma al pan desde el corazón del Almagro.

Que el día a día siga transitando con cierta cadencia amorosa en medio de la cuarentena es algo que aporta para sumar espíritu al sacrificio colectivo. Sauerteig Buenos Aires  preparó ideas con mucha dedicación para vencer el encierro sin olvidar en cuidarte. Pero, además, sostiene los precios y se preocupa por asistir a aquellos en situación de riesgo. Es que cocinar siempre es un acto de amor donde uno deja parte de sí mismo en aquello que produce.
En Sauerteig Buenos Aires hacen el pan con masa madre, pero también con agua filtrada y sal de mar. Innovando con ideas como la incorporación de la harina de maíz morado, nueces y psas de uvas y harina cien por ciento integral. Así es como se obtiene un sabor genuino y sofisticado

El origen de las masas

La masa madre es un valor que se ha puesto de moda. Pero no todo el mundo reconoce el por qué de su valor. Por un lado, un pan con esta masa rompe el gluten, lo que lo hace ideal para personas con sensibilidad a esta substancia. Es más nutritivo: debido a la larga fermentación por más de doce horas, aporta menor nivel de azucar en la sangre y hace que tenga más nutrientes, especialmente vitaminas B. Conserva el pan naturalmente. Neutraliza los anti-nutrientes: la masa madre descompone el ácido fitico, un antinutriente que se encuentra en granos y semillas, esto permite al cuerpo absorber mejor los minerales. Le da un sabor único al pan sin levaduras comerciales. De allí que no se trate sólo de una postura de tendencia, sino que su consumo es más consciente y saludable.
Un pan que se mantiene fresco y que da la bella oportunidad de disfrutar un pan acariciado con dedicación. Un lujo para hacer de este tiempo uno más amable.